Pese a que Kimi Raikkonen ganó el Gran Premio de Australia, estuvo a punto de no hacerlo a causa de una avería en su radio que le hizo perder la concentración y, según dice, estuvo a punto de quedarse dormido cuando sólo faltaban diez vueltas para el final. "En una ocasión, a unas diez vueltas del final, casi me quedo dormido. Estaba un poco distraído, mis niveles de concentración disminuyeron un poco y tomé la curva número tres demasiado abierta. Incluso sin la radio supe que me estaban diciendo: ¡Kimi, despierta!".
Hay que reconocer el mérito de Raikkonen, que hizo 58 vueltas sin radio, esto es sin recibir ninguna instrucción de sus ingenieros, salvo aquellas que le eran comunicadas mediante la pizarra cuando pasaba por el pit lane. Y pese a todo ganó la carrera... ¿Qué tiempos habría marcado si todo hubiera funcionado perfectamente?