La jornada del viernes en un Gran Premio es siempre una dura y ajetreada prueba para todos los equipos, a pesar de que éstos acostumbren a hablar de "un viernes normal" o "un viernes como otro cualquiera" en los comunicados de prensa emitidos al final del día. Pero detrás de esta supuesta tranquilidad se esconde un enorme trabajo que principalmente se ha de focalizar en sólo tres horas, las que conforman las dos sesiones de entrenamientos libres.
Cada equipo ha de evaluar los diferentes compuestos de neumáticos, recopilar toda la información necesaria y encontrar la configuración del coche a partir de la cual construir el resto del fin de semana. Para entender un poco mejor todo lo que ello implica, desde el equipo Renault nos lo explican con mayor detalle.