Una de las características más inolvidables para cualquier piloto de la pista de Suzuka es la serie de siete curvas enlazadas que hay que superar a más de 200 Km/h en un interminable zig-zag nada más salir de la línea de meta.
Si se quiere marcar un buen tiempo en el circuito japonés hay que contar con un monoplaza que tenga una entrada en curva quirúrgica, de tiralíneas. Precisamente la precisión de la dirección es la característica técnica más importante de un monoplaza en Suzuka.
Los Red Bull cuentan con el tren delantero más ligero y preciso del lote (con unos alerones que de nuevo parecían ir muy cerca del asfalto, a pesar de los nuevos test de la FIA), lo que ha permitido a Sebastian Vettel marcar unos tiempos inalcanzables para el resto el viernes.