Lewis Hamilton consiguió cerrar con un meritorio quinto puesto un fin de semana repleto de dificultades para él y para su equipo. El piloto británico llegó a Suzuka aquejado de una infección de oído, aunque ese fue el menor de sus problemas, ya que en la primera sesión de libres sufrió un accidente que le impidió rodar más prácticamente hasta la calificación.
La mañana del domingo realizó una vuelta fantástica que le situaba tercero en Q3, pero dicha posición se vio empañada en parrilla con la penalización de cinco puestos debida al cambio en la caja de cambios. Por si eso fuera poco, en la parte final de la carrera perdió la tercera marcha, lo cual frenó en seco su persecución a Alonso, viéndose superado además por su compañero Button.