La apuesta de Mark Webber en la lucha por el que podría ser su primer título de campeón del mundo de Fórmula 1 cuenta con un relevante factor a su favor, ya que hasta este fin de semana el piloto australiano era el único de los cinco candidatos que reservaba un nuevo motor en la recámara, al no haberlo estrenado en el Gran Premio de Italia.
En un circuito con las características que posee Yeongam, cuyo primer sector está compuesto de largas rectas y fuertes frenadas, la potencia se convierte en un factor primordial a la hora de lograr un buen tiempo en dicho punto. Es por ello por lo que el líder del mundial estrena aquí su octavo motor.
Aunque la ventaja no será demasiado relevante en calificación, puede proporcionarle un impulso vital en esta y en las próximas dos carreras, al no contar con tanta presión como sus rivales y poder así cuidarlo mejor en lo que resta de campeonato.