La temporada no estaba siendo brillante, si bien es cierto que se había visto involucrado en varias ocasiones en las típicas colisiones de las primeras vueltas. Pero en Corea Liuzzi partió desde la posición decimoctava y finalizó sexto, cosechando un resultado que le supo a gloria y le da un respiro, ya que la amenaza de Paul di Resta estaba presente desde hace muchas semanas. Aunque ni mucho menos el italiano las tiene todas consigo para seguir en el campeonato en 2011.
"Para mi era muy importante demostrar que estaba de vuelta al redil, y lo primero que le dije a mi ingeniero por la radio, al cruzar la meta, fue que la suerte tendría que cambiar algún día, tarde o temprano. Afortunadamente hemos mostrado que cuando las cosas van bien, estamos ahí, somos rápidos y que estamos listos para conseguir grandes cosas. Es importante verlo, y además creo que podemos tener resultados similares en las próximas carreras".