El pasado viernes, Sebastian Vettel recibió su trofeo de Campeón del Mundo de Fórmula 1 2010 en la gala que la FIA organiza en Mónaco cada año. Ahora su nombre está grabado en la copa junto a todos los grandes pilotos de la historia, pero el alemán no quiere relajarse y ya está centrado en volver la temporada que viene más fuerte que nunca.
"Espero que haya mucho más por venir. Quiero ser un mejor piloto y una mejor persona, pero creo que este año ha sido una lección muy dura, aunque con un dulce resultado final", dijo a Autosport.