Lewis Hamilton fue siempre uno de los principales candidatos al título de 2010 desde la primera carrera de la temporada, y pudo llegar al último Gran Premio todavía con posibilidades matemáticas de llevarse el Campeonato. Sin embargo, hubo momentos durante el año en los que el de McLaren cometió errores inexplicables o no fue todo lo competitivo que cabría esperar.
El propio piloto reconoce ahora, en declaraciones a la BBC, que estos fallos fueron debidos a problemas personales externos a la Fórmula 1: "No se trata sólo de llegar al circuito y conducir, que es lo que parece, son tus cambios de humor, las personas que están alrededor de ti y el tiempo que eres capaz de pasar con ellos y la relación que tienes con ellos. En mi vida personal, las cosas no fueron tranquilas y alegres como solían ser en el pasado."