Es inevitable al escribir un artículo repasando lo que ha sido la temporada de 2010 para el equipo AT&T-Williams que todo el peso de la historia de este equipo te aplaste antes de hacer el más mínimo comentario. Y no lo digo sólo por los nueve títulos de Campeón del Mundo de Constructores ganados desde su fundación en 1977, ni por los 7 títulos de Campeón del Mundo de Pilotos que se ganaron con sus coches, sino porque la historia de Williams como escudería ha sido básicamente la historia de dos hombres, Frank Williams y Patrick Head, en un caso único de longevidad dentro del mundo de la F1. Frank Williams había sido piloto hasta el final de la década de los 60 y propietario y Jefe de Equipo en Cougar en los primeros 70, pero problemas financieros le obligaron a vender la participación mayoritaria en el equipo. Mediados los 70 conoce al ingeniero Patrick Head y entre los dos deciden montar su propio equipo de F1. En 1977 encuentran la financiación necesaria, se asocian y crean "Williams Grand Prix Engineering".
Desde aquel 1977 hasta el 2010 los dos socios han visto pasar monoplazas, pilotos, ingenieros, campeonatos,... y ellos siguen igual que el primer día, con Williams como Jefe de Equipo y Head como Director de Ingeniería, permaneciendo unidos en los triunfos y en los fracasos, liderando el equipo en los circuitos y en la fábrica, manteniéndose a la última en tecnología, conservando la propiedad sin ceder a las tentaciones de asociarse con un gran fabricante y representando en el paddock el espíritu de los viejos garajistas. Un caso único, como decía, en la historia de la F1 que merece ser recordado y señalado cada temporada que sus monoplazas vuelvan a estar, un año más, en la parrilla de salida de los Grandes Premios.