Doy comienzo con éste a una breve serie de tres artículos en los que voy a tratar de desentrañar, a la vista de lo sucedido en esta última temporada, cuál es el camino que está tomando la F1. Reconociendo la dificultad que comporta la predicción del futuro, percibo suficientes pistas como para atreverme a hacer un bosquejo de lo que será la F1 en los próximos años; remarco el "lo que será", que es algo diferente a "lo que debería ser" y ni mucho menos es "lo que a mí me gustaría que fuese". Empezaré hablando de los equipos, seguiré con los pilotos, para cerrar la serie con el aspecto organizativo, la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) y la FOM (F1 Management).
La temporada 2010 no sólo será recordada en la historia de la F1 por representar el cierre cronológico de la primera década del siglo XXI; también lo será, o incluso me atrevería a decir que sobre todo lo será, por representar el advenimiento de una nueva generación de equipos. Nueva generación que podríamos ilustrar gráficamente en el cambio de manos del equipo Renault F1, que ha dejado de pertenecer al Grupo Renault para ser adquirido por la financiera Genii Capital; un gran fabricante de automóviles es sustituido por una empresa ajena al sector de la automoción como soporte del equipo que ha conseguido esta temporada el 5ª lugar en el Mundial de Constructores.