Por eso el equipo McLaren, hartos de los gritos y abucheos, pidió a los organizadores que cerraran la parte de la grada que quedaba justo enfrente de su box. Los responsables de la pista tuvieron que acordonar la zona y echar a los escandalosos de allí. La avergonzada organización, más tarde aseguraba que: "Una minoría de seguidores, que estaba empañando la reputación de los fans españoles que sólo quieren ir a la pista para seguir el deporte que aman."
McLaren-Mercedes emitía un comunicado al final del día en el que mostraba su asombro por la situación vivida: "Vodafone-McLaren-Mercedes ha corrido y probado en los circuitos de España durante muchos años, y todo el mundo relacionado con el equipo respeta a España y a los españoles, incluido Lewis."