Llegamos a la tercera entrega de la serie sobre el futuro de la F1; en principio, ésta debería ser la última, pero habida cuenta de la supresión del GP inaugural de la temporada en Bahrein he decidido separarla en dos. Hoy hablaremos de la normativa, competencia de la FIA, y dejaremos un cuarto y último capítulo a la organización del campeonato y los GGPP, la tarea que corresponde a la FOM. Así podemos entrar en más detalles sin hacer las entregas demasiado largas.
Una predicción sobre el futuro de la F1 quedaría incompleta si no entráramos a analizar cuál sería la previsible evolución de la normativa que afecta a la categoría, en la medida en que dicha normativa influye decisivamente en el desarrollo de la competición y en el espectáculo que coches y pilotos nos brindan en las pistas. En este sentido, conviene empezar hablando del organismo que rige la F1, que no es otro que la FIA, la Federación Internacional de Automovilismo. Lo primero que debe ser precisado es que la FIA no organiza el Campeonato del Mundo de F1, tarea que corresponde a la FOM (Formula One Management), de la que hablaremos en el último capítulo; la función de la FIA es regular la competición, dictar las normas y velar por su cumplimiento.
Creo que a nadie se le escapa que si hay alguien que puede decidir por sí mismo la evolución de la categoría, ése es la FIA, quien con sus normas orienta la acción tanto de los equipos al diseñar sus monoplazas como de los pilotos en su comportamiento en la pista. Aunque conviene precisar que, siendo la FIA el único órgano competente para dictar y refrendar los reglamentos por los que se rige la F1, sus decisiones suelen ser previamente consultadas y generalmente negociadas tanto con los equipos como con la FOM. El ámbito natural de actuación de la FIA comprende tres campos: la normativa de seguridad, el Reglamento Técnico y el Reglamento Deportivo de la F1. Si pudiéramos conocer el futuro desarrollo de estas normativas posiblemente podríamos predecir con bastante grado de certidumbre el futuro de la competición; éste es el afán que mueve el presente artículo.