En los últimos test realizados en Barcelona, el coche del piloto japonés Kazuki Nakajima sufría un problema en el alerón delantero y chocaba contra las protecciones del circuito. El equipo decidió suspender sus entrenamientos después de un segundo día con unos resultados preocupantes.
Williams volvió a la fábrica para solucionar los problemas con dicho alerón, pero, según las últimas declaraciones de los pilotos y de los responsables del equipo, parece ser que la cosa es más grave de lo que se pensaba. Al parecer los problemas vienen de un fallo de diseño en el reparto de pesos del monoplaza. Si estos temores se confirman, solucionarlo supondrá rediseñar practicamente todo el coche.