Tras lo ocurrido en el gran premio de Australia, la actuación de Ferrari solo puede calificarse como desastrosa. Salidas de pista, errores de conducción y lo más preocupante, en entredicho la fiabilidad de la escudería de Maranello después de que ninguno de sus dos monoplazas lograra terminar la carrera.
El presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo afirmó tras la carrera: "Ha sido un baño de humildad que será saludado por todos. No veo la hora de que llegue el domingo -día del próximo Gran Premio, en Malasia- para que se vea a la verdadera Ferrari".
El jefe del equipo Stefano Domenicali, fue todavía más crítico, afirmando: "Es horrible, sin duda. Un resultado que habla por sí mismo y que no entraba en nuestros planes, con lo que es difícil de digerir. Pero hay que recordar que en 2006 tuvimos un arranque similar y fuimos capaces de reaccionar. Ni éramos unos tipos fenomenales antes de esta carrera ni ahora somos unos estúpidos, así que tenemos que analizar todos los detalles para saber exactamente qué ha ocurrido".