Romain Grosjean se encuentra actualmente en una situación algo complicada. El francés está esperando, junto a otros pilotos, ocupar un asiento en Lotus Renault GP, al lado del finlandés Kimi Räikkönen.
Grosjean ha estado probando un BMW DTM durante esta semana, y confesó que si no consigue llegar a la F1 el próximo año, habiendo causado buenas sensaciones durante dos entrenamientos de viernes con Lotus Renault GP, entonces tendrá que prepararse para decir adiós a sus ambiciones por correr en la F1.
Aún le quedan esperanzas
El piloto declaró a la revista Autosport: "La Fórmula 1 es un mundo difícil. Seguiré manteniendo la esperanza pero, si esta vez tampoco consigo un asiento, habrá llegado el momento de pensar en otra cosa. Al principio de esta pasada temporada tomé la decisión de volver a la F1. La idea era ganar la GP2 y volver a lo más alto. Pero si por alguna razón esto no funcionase, sería hora de pensar en otras alternativas".
Y su situación se complica algo más porque sus opciones de volver a la F1 están limitadas, ya que el piloto francés no cuenta con un gran patrocinador que le respalde.