Este pasado fin de semana se vivió uno de los Grandes Premios más igualados en los últimos años. Sobre el trazado de Shaghái, se vivió una competitividad casi extrema. Durante la mayor parte de la carrera, el grupo de coches situado en mitad de la parrilla estuvieron prácticamente todos en un segundo de diferencia. Tal estaban las cosas, que hasta el último momento no se supo qué posición ocuparía cada uno. Además, hay que sumarle el sorprendente final, con la primera victoria de Nico Rosberg y la primera del equipo Mercedes AMG desde el año 1955.
Ahora los equipos ya están concentrados en el próximo Gran Premio, que se celebrará en Baréin, sobre el trazado de Sakhir. La carrera ha estado en duda desde antes incluso de que empezara la nueva temporada. Hubo muchas especulaciones, muchos rumores y muchas declaraciones sobre si al final se celebraría este GP o no. Al final, Bernie Ecclestone decidió reunirse con representantes de todos los equipos de la parrilla este pasado fin de semana en China, donde se acordó que la carrera sí se iba a disputar.
Nuevos disturbios
Por ello, esta semana los equipos viajarán al centro de lo que, hasta día de hoy, ha sido testigo de manifestaciones y actos violentos. El último ha sido el que se puede observar en la imagen. Un grupo de manifestantes ha quemado este fin de semana el cartel más grande que había en la ciudad en el que se anunciaba la celebración del Gran Premio el próximo 22 de abril. Dicho cartel estaba situado en la autopista, y era el anuncio de F1 más grande que existía hasta la fecha en Baréin.
Y es que, parece ser, que los ciudadanos se niegan a aceptar que los equipos de la F1 vayan a celebrar la carrera el próximo domingo, sin tener en cuenta la injusta situación política del país. En principio, las autoridades locales aseguraron que la F1 no correría ningún peligro y no pasaría absolutamente nada que pudiera atentar contra la seguridad de trabajadores y pilotos. Veremos qué ocurre al final, porque la semana acaba de empezar.