La 22ª edición del Gran Premio de España en Barcelona se acerca en un momento en que la situación de los Grandes Premios en nuestro país está en entredicho por la situación económica del país, lo que provoca una menor venta de entradas afectando a las cuentas de los organizadores de las carreras.
"La caída en la venta la frenamos seguro, tendremos un nivel plano, parecido al del año pasado," reconoce Vicente Aguilera, presidente del consorcio del Circuit de Catalunya, en palabras a La Vanguardia. "Sí que cambiará el mix de entradas, con más peso del volumen de público extranjero respecto al español. No sabemos si la venta se animará un poco más los últimos días, pero serán cifras similares a las del 2011".
Lejos de soñar con el récord vivido en las épocas de la llamada 'alonsomanía', Aguilera asegura que "la aspiración del Circuit es aumentar la cifra de cara al 2013" y señala la cifra de "entre 100.000 y 110.000 espectadores" como objetivo en el futuro por encima de los 80.000 espectadores de 2011. "La crisis es el primer factor que ha frenado al público y, en segundo lugar, la falta de resultados de Fernando Alonso ha enfriado a la afición española. Y también la salida de Jaime Alguersuari, que confiábamos que pudiera tirar del carro del Circuit," reconoce.
La alternancia como solución
Esta situación ha llevado a la decisión, aún no confirmada oficialmente, de alternar la sede del Gran Premio de España entre el Circuit de Catalunya y el Valencia Street Circuit, actual sede del Gran Premio de Europa, a partir de 2013 para tratar de superar los problemas económicos a la espera de poder llegar a una posición en la que se pueda recuperar la carrera de forma permanente.
"En época de situación crítica de la economía del país hay que tomar medidas temporales para reducir gastos, y una es alternar la organización con Valencia," admite el presidente del consorcio, que señala la medida como temporal. "Intentamos llegar a un acuerdo válido para las tres partes. Buscamos una alternancia por un cierto tiempo. Si lo alcanzamos, sería una solución adecuada para el momento que vivimos".
A pesar de las críticas que se está recibiendo por organizar una carrera que cuesta "entre 20 y 25 millones de euros" al año, Aguilera considera que "el balance final es muy positivo". "Valores como la promoción de Catalunya y Barcelona en todo el mundo no se cuantifica. La F1 en Barcelona es una de las mejores campañas de imagen para el país, con 90 millones de telespectadores. ¿si se valorizan estos conceptos inmateriales, cuánto dinero se tendría que invertir para dar este conocimiento de marca de Barcelona y de Catalunya por todo el mundo? Eso vale muchos millones. Sólo con eso ya se justifica, y de sobras, tener un Gran Premio de Fórmula 1".
"Un impacto de 140 millones de euros anuales"
El presidente del consorcio del Circuit de Catalunya respeta la opinión de que Catalunya debería prescindir de la Fórmula 1, pero no la comparte en absoluto. "Tendencias que dicen que se debe suprimir la Fórmula 1 porque sí, que se tiene que cerrar el Circuit para hacer un hospital más, son difíciles de discutir... desde el punto de vista económico no tiene sentido: el Gran Premio de Fórmula 1 aporta trabajo a miles de personas, deja impuestos, consumo de gasolina, en la hostelería... se estima que el Circuit tiene un impacto de 140 millones de euros anuales, aparte de los inmateriales en turismo e imagen".
"Y añadiría otro: el pueblo de Catalunya necesita moral. Ahora que ha perdido comba tiene que mantener espectáculos de primera magnitud, igual que un Mobile World Congress, aunque tengan unos costes, para dar moral interna e imagen externa. Si hiciéramos la simulación Catalunya no tendrá más la Fórmula 1, la sensación es que se apaga Catalunya, que desaparece Barcelona," concluye Aguilera cuyo deseo para este fin de semana es "un Gran Premio disputado y con mucha emoción" y que "superáramos la cifra de público del 2011".