Cuando comenzó la pretemporada de este año, todo el mundo tenía la vista puesta en un equipo que dominó de principio a fin el pasado año, un equipo que logró 18 de las 19 'poles' y que consiguió, por segunda vez consecutiva, ambos títulos mundiales. Todo el mundo tenía controlado a Red Bull. Los demás equipos sabían que debían ponerse las pilas y desarrollar un monoplaza que estuviera a la altura de las expectativas para ser competitivo y llevar tanto al equipo como a los pilotos a lo más alto de la clasificación. Con ese objetivo comenzó la temporada el equipo Ferrari. En el mes de febrero nacía el definitivo F2012, un coche que, a priori, parecía dar buenas sensaciones, pero que luego no resultó ser tan bueno como se esperaba.
La presión de los 'tifosi'y de toda la prensa llegó como un alud a Ferrari. Tenían la obligación de mejorar el coche para que sus pilotos tuvieran opciones de ganar carreras y poder luchar por el Mundial. Pero las cosas no fueron muy bien en la primera carrera del año. En Australia, ambos coches clasificaron 12º y 16º, algo que dejaba al descubierto que el F2012 había resultado ser un fiasco. El Cavallino Rampante tropezaba con la primera piedra del año. Y en las siguientes tres carreras la cosa no se solucionó demasiado, ya que el mejor puesto en clasificación fue el que logró Fernando Alonso en Malasia, donde fue octavo. Y aunque luego ganase la carrera gracias a la lluvia, las malas sensaciones seguían aumentando...
En Maranello saltaban las alarmas. Los principales rivales eran más fuertes que la Scuderia y debían actuar antes de que fuera demasiado tarde. Llegaron las mejoras para la carrera de España y Alonso estuvo en la lucha por la 'pole', aunque finalmente clasificó segundo. En carrera, terminó segundo también, fue tercero en Mónaco y quinto en Canadá. Pero había algo que seguía fallando. A pesar de los buenos resultados del español, la Scuderia no lograba pasar de la tercera o cuarta posición en el Mundial de Constructores. Pero entonces se encendió la bombilla. La prensa empezó a centrarse en un piloto que no estaba al mismo nivel que Alonso, que no lograba sacarle el máximo partido al coche y que no terminaba de encontrar el ritmo durante los fines de semana. Felipe Massa se había convertido en el centro de todas las críticas.
Desde entonces, siempre se ha puesto en entredicho las cualidades del brasileño. Muchos comentaron que Massa no es el mismo desde su accidente en Hungría 2009, que no merece seguir en Ferrari y que no está al nivel del equipo rojo. No obstante, desde el equipo siempre ha tenido apoyo. Stefano Domenicali, Luca di Montezemolo y el propio Alonso no dudaron en apoyar al brasileño y en seguir demostrando que en Ferrari confiaban en él y sabían que Massa solamente necesitaba concentración. Pero a falta de seis carreras, el brasileño se encuentra muy atrás en la clasificación y Ferrari sigue sin pasar de la tercera plaza en el Mundial. Con los primeros movimientos ya realizados, muchos creen que Ferrari no tendrá la misma alineación de pilotos en 2013. Pero, ¿qué opciones reales tiene Ferrari?
Opción 1: Felipe Massa
La primera opción es clara: mantener al brasileño un año más en el equipo. Durante la temporada, siempre se ha criticado que Massa no ha estado a la altura de las expectativas y que siempre era superado por su compañero de equipo. Pero hubo un momento en el que el brasileño supo reaccionar. Tras su sexto puesto en Mónaco, Massa se puso las pilas y, exceptuando las carreras de Europa y Alemania, siempre ha terminado en los puntos. Además, durante todo el año ha tenido el respaldo de su compañero y los miembros del equipo, algo que no viene nada mal cuando las críticas amenazan con hundirte.
Por otro lado, no debemos olvidar una cosa: Massa lleva siete temporadas con Ferrari, donde ha logrado grandes éxitos e incluso estuvo a punto de ganar su primer título en 2008. No obstante, quizás 'su momento' haya pasado y deba ceder su asiento a nuevos talentos y promesas que puedan llevar a Ferrari al estrellato. Si Massa continua con la Scuderia en 2013, necesitaría marcarse como objetivo puntuar desde la primera carrera y tratar de sacar el máximo partido al monoplaza desde el minuto uno. La F1 no perdona, y un día puedes estar en un sitio y, al siguiente, verte totalmente fuera.
Opción 2: Nico Hülkenberg
Frescura. Juventud. Ganas. Vitalidad. Son cualidades que, sin ninguna duda, podría ofrecer el alemán al equipo Ferrari. La trayectoria de Hülkenberg en la F1 comenzó en 2010, año en el que fichó por el equipo Williams y corrió junto a Rubens Barrichello. El debut del piloto fue complicado, pero se convirtió en uno de los mejores debutantes de la categoría tras lograr su primer punto en la tercera carrera del Mundial. Su mejor marca esa temporada la consiguió en Hungría, donde el alemán cruzó la línea de meta en sexta posición, y además logró la 'pole' en el GP de Brasil. A pesar de haber completado un año bastante bueno para ser un 'rookie', el equipo Williams decidió no seguir contando con él.
Tras un año como piloto reserva de Force India, Hülkenberg se convertiría en piloto oficial del equipo en 2012, junto a Paul di Resta. Con el VJM05, el rendimiento y los resultados del joven piloto mejoran drásticamente. Hasta ahora, ha puntuado en seis de las carreras disputadas, logrando su mejor puesto del año (una cuarta posición) en la carrera de Bélgica. Además, exceptuando la de Australia, ha terminado todas las carreras de la temporada. La consistencia de Hülkenberg podría ser clave si finalmente fichara por Ferrari para 2013. Es lo que necesita el equipo de Maranello en estos momentos: dos pilotos que, en primer lugar, terminen siempre las carreras y, en segundo lugar, puedan alcanzar la zona de puntos lo más consistentemente posible.
Opción 3: Heikki Kovalainen
Esta sería una opción tremendamente interesante. El piloto finlandés cuenta con una experiencia bastante amplia en la F1, ya que ha corrido con varios equipos, entre ellos McLaren, donde logró los mejores resultados de su carrera deportiva. Este año se encuentra en el equipo Caterham, pilotando un monoplaza con el que terminar en los puntos sería un sueño. Pero hay algo que hace que Kovalainen resalte esta temporada: el enorme trabajo que está haciendo con el CT01. El finlandés está explotando al 100% el potencial del coche de que dispone. Ha terminado todas las carreras, exceptuando la de Australia, y su mejor posición en 2012 fue el decimotercer puesto que logró en Mónaco.
Una cosa queda clara: Kovalainen aportaría solidez y constancia al equipo Ferrari. Su constante trabajo sacaría adelante el monoplaza durante el año y, junto a Alonso, conformarían un muro difícilmente franqueable. Además, el finlandés sabe que aún puede aportar mucho a la F1, ya que todavía no ha llegado realmente el momento en el que haya podido sacar lo máximo de él. Su época en McLaren no será recordada por ser una de las más tranquilas precisamente. Si todavía no lo ha hecho, esta sería una opción que Ferrari debería tener muy en cuenta.
Explotar sus recursos
Todavía no se sabe qué decisión tomará el equipo de Stefano Domenicali, pero deberían pensar en el futuro y en los intereses de la propia escudería. Al fin y al cabo, las carreras y los títulos mundiales se ganan con puntos, y no con misericordia ni falsas promesas. De todas formas, no hay título sin un buen monoplaza, y eso es algo en lo que Ferrari debería comenzar a trabajar. Más que dedicar tiempo a elegir pilotos, deberían saber gestionar la construcción de un monoplaza y de los recursos que tienen a su disposición. No pueden cometer fallos que se conviertan en la panacea de sus rivales.
Desde que llegó Alonso en 2010, el equipo se ha vanagloriado de tener al mejor piloto de la parrilla con ellos. En 2010, estuvieron a punto de lograr el Mundial en la última carrera; en 2011, fabricaron un coche pésimo que luego pareció resurgir de sus cenizas; y este año tampoco crearon la octava maravilla mundial. Pero estas tres temporadas están teniendo un factor común: Alonso. Si no fuera por él, el equipo sería el 'hazmerreír' de la parrilla. Pues bien, que dejen de copiar estrategias, de seguir los movimientos de los rivales y de encomendarse a la Virgen de Guadalupe cada vez que algo va mal, y que se centren en crear un coche que esté a la altura de las circunstancias y sea capaz de luchar por el título de principio a fin, independientemente del que esté al mando del monoplaza.