Desde un punto de vista técnico, Mónaco no es tan enigmático como mucha gente supone. El circuito se ha repavimentado varias veces en los últimos años, por lo que el asfalto no es muy distinto al de muchos trazados de competición permanentes del resto del mundo, y en cuanto a los reglajes, se encuentra simplemente en un extremo del espectro aerodinámico y mecánico.
Los coches ruedan con máxima carga aerodinámica todo el fin de semana, por lo que los ingenieros y conductores deben centrarse en aprovechar al máximo la adherencia mecánica de las máquinas.