Romain Grosjean es uno de los pilotos que todavía no tiene un asiento asegurado en la parrilla de F1, y además se juega uno de los asientos más jugosos de la parrilla, el del equipo Lotus. La prensa no para de buscar candidatos para reemplazarle en el equipo con base en Enstone, y él intenta mantener la calma ante tanto rumor que a menudo pone a los pilotos bajo mucha presión. Los principales candidatos para ocupar su sitio parecen ser Kamui Kobayashi y Heikki Kovalainen, dos pilotos muy constantes y con gran experiencia en la categoría.
Por suerte, la temporada ya ha acabado, aunque el francés admite en declaraciones al diario Le Matin de Suiza que la F1 es "un mundo sin piedad", aunque admite que "eso es normal en la máxima categoría".
"Los asientos en la F1 son escasos, no hay regalos", añadió Grosjean.
En 2012 ha aprendido muchísimas cosas
Sin embargo, el francés que ya debutó en la categoría en 2009, cree que ha aprendido muchisimas cosas en su regreso en 2012: "Muchas más cosas de las que pensaba. El mundo de la F1 es más difícil de lo que imaginaba. Cuando volví, vi que había una montaña que escalar. Y una vez que empecé a subir, vi lo alta que era en realidad".