Desde que llegara a Red Bull, Sebastian Vettel no ha hecho más ir creciendo como piloto año tras año. En 2010, el joven alemán completó una buena temporada y puso entre las cuerdas a varios de sus adversarios. Finalmente, tras una buena estrategia de equipo, Vettel se impuso a Fernando Alonso y logró su primer título. La siguiente temporada, 2011, fue un dominio total de Red Bull. El coche nació perfecto y no tuvo problemas en barrer a la competencia y darles una vuelta de tuerca a todos los monoplazas. Y, por último, 2012 fue algo complicado para Vettel: después de un inicio de temporada algo malo, los de Red Bull supieron sobreponerse y pelear por el Mundial hasta Brasil, carrera en la que Vettel se coronó como tricampeón del mundo de F1.
No obstante, muchos son los que achacan los triunfos de Vettel a sus monoplazas y a la situación en la que está el propio piloto. Hoy por hoy, Red Bull parece ser el mejor equipo de la parrilla, y construye cada año un monoplaza casi imbatible. ¿Habría ganado Vettel tantos títulos con un monoplaza peor? Si no es así, ¿entonces Vettel debe todos sus mundiales y sus victorias a los grandes coches que ha pilotado? Para Damon Hill, simplemente es ridículo que se ponga en duda el talento del alemán.
¿Necesita algo más?
"Todo esto me parece ridículo. Durante sus primeros 100 Grandes Premios de su carrera deportiva, ha ganado 26 veces, es decir, más de una cuarta parte de ellos. ¿Qué más debe hacer para demostrar su valor? Es obvio que Vettel se encuentra en un ambiente ideal en Red Bull, ya que este equipo cuenta entre sus filas con Adrian Newey, el mejor ingeniero de la F1. Pero sus títulos en 2010 y 2012 no fueron precisamente un camino de rosas. Ahora, me lo imagino siendo unas tres o cuatro veces más Campeón del Mundo. No veo el motivo por el que no sea el favorito para este año y los años siguientes", declara el Campeón del Mundo de 1996, que también fue criticado después de llevarse su único título mundial al volante del mejor coche de la parrilla de entonces.