La segunda cita del campeonato del mundo en tierras europeas se celebró en Mónaco y, a la habitual dificultad para sacar conclusiones en un trazado tan peculiar, hubo que sumarle multitud de situaciones anómalas en carrera. Pese a todo ello, Nico Rosberg dio toda una lección y dominó los entrenamientos libres, la clasificación y todas y cada una de las vueltas de la carrera.
Los Mercedes estaban en las quinielas de muchos para ganar este Gran Premio a pesar de sus conocidos problemas con la degradación de los neumáticos. Para ello, contaban con tres argumentos principales: su gran velocidad a una vuelta, la bajísima exigencia de Mónaco a nivel de neumáticos y, finalmente, la extrema dificultad para adelantar que el sinuoso trazado ofrece. En cualquier caso, la carrera evidenció que los Mercedes eran muy competitivos bajo estas circunstancias y los coches de seguridad y la bandera roja no hicieron sino allanarles el camino en lo que a los neumáticos se refiere.
Las estrellas del GP
Nico Rosberg
Primero en las tres sesiones de entrenamientos libres, clasificación y carrera, el alemán ha dado toda una lección de dominio en las calles de Mónaco. No es algo novedoso ver cómo Nico se las arregla para batir a compañeros de equipos con mucho más prestigio y cada vez se muestra más capaz de manejar la presión cuando se trata de certificar una gran oportunidad. Su talento nunca estuvo en duda y su progresión merece ser seguida de cerca.
Sebastian Vettel
El sólido líder del mundial volvió a enderezar un fin de semana que empezó con muchas dudas tras las dificultades del coche para adaptarse a las condiciones de la pista el jueves. Pero el sábado, con la llegada de la lluvia, las cosas mejoraron y Vettel consiguió alcanzar la tercera plaza a pesar de no realizar una vuelta excesivamente brillante. Ya en carrera, sólo quedaba esperar acontecimientos y, con la llegada del primer coche de seguridad, el error de Hamilton le permitió acceder a la segunda plaza que finalmente ocupó en el podio.
Adrian Sutil
Tercer alemán destacado de un fin de semana que empezó de manera inmejorable el jueves, sintiéndose muy cómodo en ambas sesiones de entrenamientos libres. Pero el sábado un accidente puso en peligro un buen resultado, que no obstante solucionó con una gran clasificación en la que consiguió la octava plaza. En carrera, un error en la primera vuelta le dejó sin una parte del alerón delantero pero, con la bandera roja, pudo solucionarlo y su final de carrera resultó espectacular, adelantando a los McLaren y a Alonso para conseguir terminar quinto.
Jean-Eric Vergne
El francés siempre se ha mostrado muy competitivo en condiciones cambiantes o de pista mojada y el sábado lo demostró en clasificación, manteniéndose arriba en todo momento y consiguiendo entrar en Q3 incluso cuando la pista se secó. No deja de ser un buen indicativo que Toro Rosso se haya mostrado competitivo en circuitos tan dispares como son Montmeló y Mónaco, algo que Vergne aprovechó para terminar en los puntos en las calles del Principado.
Los comisarios de pista
Con la proliferación de nuevos circuitos ha quedado en evidencia en demasiadas ocasiones que la labor de los comisarios de pista es más importante de lo que puede parecer. Y en Mónaco se puede ver, posiblemente, a los mejores del mundial. Rápidos y efectivos en condiciones muy complejas, hicieron un gran trabajo durante todo el fin de semana, minimizando la pérdida de tiempo en todo momento antes los numerosos incidentes que la exigencia del trazado ocasiona.
Los estrellados del GP
Fernando Alonso
Mal fin de semana para el español que, pese a su tradicional buen desempeño en este circuito, no consiguió adaptarse al 100% al coche en esta ocasión. La bajada de temperaturas y la lluvia perjudicaron a su Ferrari, no pudiendo clasificar con brillantez el sábado. En carrera tampoco funcionaron las cosas, adoleciendo de ritmo suficiente como para plantar cara a los Mercedes, Red Bull y al Lotus de Räikkönen. Tras la reanudación, una pieza del coche de Pérez se quedó encajada durante algunas vueltas, haciendo sufrir al español, que se vio rebasado por varios pilotos y terminó en una gris séptima plaza.
Felipe Massa
El brasileño sufrió un fin de semana para olvidar con dos accidentes prácticamente iguales en la frenada de Sainte Devote. El primero le imposibilitó para disputar la Q1, por lo que debió salir desde el fondo de la parrilla. El segundo, ya en carrera, le obligó a visitar el hospital y, aunque sin lesiones, marcharse a casa con un mal balance de este último Gran Premio.
Jules Bianchi
A medida que el resto de debutantes se adapta a la categoría y que Caterham empieza a evolucionar, Bianchi comienza a perder impulso, destacando algo menos que en las primeras carreras. En esta ocasión, a todo ello se le unió la mala suerte al no poder completar ni una sola vuelta por avería en la clasificación y tener que empezar desde el pit-lane tras sufrir un fallo eléctrico en parrilla. Posteriormente, se vio perjudicado por el accidente entre Chilton y Maldonado, dañando su alerón con las protecciones que quedaron en el centro de la pista. Para rematar el fin de semana, debió abandonar al fallar el disco de freno delantero derecho.
Romain Grosjean
Mal fin de semana para un piloto que siempre ha sido rápido en Mónaco, pero que también ha protagonizado varios incidentes. En esta ocasión no fue distinto y a su velocidad le acompañaron accidentes el jueves, el sábado y el domingo. Este último le acarreará, además, una sanción de diez plazas en Canadá al golpear a Ricciardo en la frenada de la chicane de la piscina.
Lewis Hamilton
En los últimos tiempos Hamilton parece tener más problemas para adaptarse al Mercedes de los que tiene su compañero, algo que en Mónaco resulta determinante. A pesar de eso, supo sacar el talento suficiente para ser segundo en parrilla pero, con la llegada del primer coche de seguridad, cometió el error de dejar demasiado espacio con su compañero camino de boxes con miras a dar tiempo a los mecánicos a realizar la doble parada con comodidad sin tener que esperar detenido tras Nico. Calculó mal y eso propició que los Red Bull le adelantaran, quedando finalmente fuera del podio.
El destello
El piloto de Caterham ha tenido un inicio de temporada realmente duro con un monoplaza muy complicado de pilotar, a lo que hay que unir las lógicas complicaciones de debutar en la categoría con pocos kilómetros de test. Pero Giedo despuntó en Montmeló y en Mónaco ha vuelto a ofrecer muy buenas sensaciones, especialmente en la clasificación en la que consiguió meterse en Q2 gracias a una valiente actuación sobre la pista húmeda. La carrera no resultó tan positiva, empezando con problemas en el fondo y una parada extra para cambiar el morro tras se golpeado por Maldonado. A pesar de todo, Van der Garde está demostrando aprender y será interesante ver cómo evoluciona en el futuro.
El detalle técnico
Si Montmeló es un circuito muy completo y que demanda una alta eficiencia aerodinámica, Mónaco es todo lo contrario, exigiendo monoplazas muy eficientes en frenada y con una tracción y agarre mecánico considerables. Debido a su gran variedad de curvas lentas, exige toda la carga aerodinámica posible que el coche pueda generar y la potencia y velocidad pasan a un plano secundario.
En cuanto a los neumáticos, la degradación es mínima como consecuencia de un asfalto muy poco abrasivo y la ausencia de cargas laterales altas por la baja velocidad de las curvas. Es por todo ello que este Gran Premio no suele ser un buen lugar para sacar conclusiones de cara al campeonato, pues se dan circunstancias que no vuelven a producirse el resto del año.