La hija del patrón de la Fórmula 1, Tamara Ecclestone, se ha convertido en una habitual en el paddock en todos los Grandes Premios para lo que resta de la temporada.
Guapa, rica, soltera y con un padre que atesora un patrimonio valorado en unos 3.000 millones de euros, "la otra" Ecclestone desde luego no necesita trabajar para mantener el alto nivel de vida que se supone que lleva.