El 2013 comenzaba con un 'F138' que parecía querer ser más que su predecesor, que soñaba con coronarse en lo más alto tras otro año siendo subcampeones de ambos títulos. El podio de Fernando en la primera carrera disputada en Melbourne por detrás de un gran Räikkönen parecía querer confirmar que la temporada podía teñirse de rojo, a ello había que sumarle el cuarto puesto de un Massa que quería seguir renovando la confianza que Ferrari había depositado en él durante el verano. Pero en Malasia las cosas se truncaron. El toque entre Alonso y Vettel en la segunda curva de Sepang, dejaba el alerón del español descolgado y en una decisión al límite, Ferrari no le obligaba a entrar en boxes, propiciando el abandono de su piloto a final de recta. Casillero en blanco y desconcierto en ambos lados del muro de boxes.
Pero la redención llegaría semanas después, cuando el cajón más alto del podio fue ocupado por el asturiano, en una buena demostración de solidez sobre el circuito de Shanghai. Probablemente, sería en Montmeló cuando el trazado barcelonés vivió el momento más álgido en la temporada 2013 de los de Maranello, victoria y tercer puesto para un extraordinario Felipe Massa. Pero a partir de entonces, el renacimiento del brasileño se vio cortado casi en seco. Más tarde, tras Silverstone, llegarían los cambios de Pirelli en los neumáticos y las insistentes quejas de Montezemolo y compañía. Ellos habían hecho su trabajo, decían, y ahora todo volvía a cambiar.
Sea como fuere, la lentitud de reacción de Ferrari a la hora de acoplar el monoplaza a los nuevos 'zapatos' fue notoria y las evoluciones pronto se mostraron ineficaces, como el propio Alonso no dudaba en reconocer. De los italianos siempre se espera más, siempre se espera el triunfo, los laureles que desde los 50' les han caracterizado pero Red Bull se volvió a mostrar un paso por delante. 2013 podría haber sido el regreso soñado de los transalpinos a lo más alto del Mundial de Pilotos y, quien sabe, si al de Constructores, pero se ha quedado en un cóctel que se diluía con el paso de las carreras y que ha terminado con la Scuderia perdiendo la segunda posición frente a los teutones de Mercedes-AMG.
El renacimiento del fénix rojizo sigue esperándose, tal vez en 2014 sea el momento adecuado, mientras tanto, a sus aficionados les queda el consuelo de ver cómo Fernando Alonso se dejaba la piel cada fin de semana, pero cómo la carrera en Montmeló fue la última en la que lo vieron saltar hacia arriba desde el cajón más alto. Temporada de luces y sombras y falta de reacción en el equipo más laureado de la historia de la Fórmula 1. Siempre se les exige el máximo y esta temporada no lo han demostrado.
Ferrari en números:
Fernando Alonso:
Un año más, el asturiano ha mostrado, durante casi toda la temporada, un nivel por encima de su monoplaza. Se echó el equipo a la espalda, como acostumbra, y decidió luchar con el gigante de Red Bull. La jugada parecía salir en los primeros compases del año y el baño de multitudes en la carrera de casa parecía corroborarlo. Pero los cambios en los neumáticos y la falta de desarrollo del monoplaza, lastraron la segunda mitad del año, obligándole a lidiar con un 'F138' inferior a sus rivales y a jugarse el tipo en cada vuelta de clasificación, en cada adelantamiento durante las carreras.
El binomio Ferrari-Alonso sigue en pie, aún no se sabe hasta cuando, pero los de Maranello no deberían dejar escapar con la falta de eficacia frente a sus rivales al que en los últimos años les ha dado todo lo que tiene dentro. Los errores del asturiano también aparecieron en determinados momentos de la temporada, sobre todo en clasificación, pero pilotar al límite es lo que conlleva. Aun así, subcampeonato al bolsillo y conciencia prácticamente tranquila.
Fernando en números:
Felipe Massa:
Felipe se ha despedido de Ferrari sin pena ni gloria. Comenzó la temporada haciéndonos creer que su mejor versión, con la que fue Campeón durante unos segundos en 2008, había vuelto y el podio en Spa parecía confirmarlo. Sin embargo, a partir de ahí, sólo los cuartos puestos en Italia e India parecieron devolver al fantasma del piloto rápido y osado. El anuncio de su fichaje por Williams con algunas carreras por disputar le hizo centrarse en sí mismo, en disfrutar de sus últimos meses vestido de rojo y el brasileño lo hizo.
Complicado era para él pensar en un Campeonato cuando su futuro estaba decidido y amarrado. No obstante, Felipe se va con la cabeza alta, sabiendo que regaló momentos importantes a los italianos y que ha convivido con enormes depredadores de la historia de la Fórmula 1, llámense Schumacher, Räikkönen o Alonso. Se esperaba algo más de él este año, sobre todo sabiendo la presión que tenía al haber firmado un contrato por una sola temporada, pero cuando el monoplaza no responde, Massa encuentra dificultades.
Felipe en números:
Cara a cara
Clasificación: 11-8
Carrera: 17-2
Vuelta rápida: 2-0