La ciudad de Melbourne, situada en Australia, acogerá este fin de semana el primer Gran Premio de la nueva temporada de F1. Tras los entrenamientos de la pretemporada oficial, los equipos llegan al trazado de Albert Park con muchas incógnitas e incertidumbre: la fiabilidad del motor y la gestión de neumáticos y gasolina en carrera son solo unas pocas preocupaciones a las que los pilotos deberán hacer frente este fin de semana. De momento, el favorito es el equipo Mercedes, seguido muy de cerca en las apuestas por Williams, pero lo cierto es que nadie tiene nada asegurado hasta que los monoplazas no empiecen a rodar en Melbourne.
Tras anunciar que Emanuele Pirro será el comisario piloto encargado de supervisar la carrera en Australia, la FIA ha determinado que este año, al igual que en 2013, habrá dos zonas de DRS en el circuito. Así pues, el primer punto de activación está ubicado a unos 762 metros antes de la primera curva del trazado, mientras que el segundo punto de activación se encuentra a 510 metros antes de la curva 3. El punto de detección será el mismo para ambas zonas, y está señalizado trece metros antes de la curva 14. Además, en relación al año pasado, la pista ha sufrido algún cambio, como en del piano situado en la salida de la curva 12, que ha sido nivelado y renovado.