Los organizadores del Gran Premio de Australia han mostrado su enfado con el nuevo sonido de los coches de F1. Incluso algunos de los incondicionales del deporte se alarmaron cuando escucharon el sonido de los 22 monopalzas en Melbourne en la carrera de este domingo pasado. "Al principio dije: 'Bueno, quitémonos los protectores para los oídos, es lo mismo que antes'. Pero he de decir honestamente que me quedé algo decepcionado en televisión, sobre todo en la salida. Simplemente, algo iba mal. Antes, [el sonido] te llegaba hasta la médula. Hemos de acostumbrarnos a él, pero ha perdido algo de su atractivo", señaló Niki Lauda a la cadena de televisión alemana RTL.
Por su parte, Sebastian Vettel señaló que conducir en Melbourne se pareció más a utuilizar "una aspiradora que un coche de carreras". El compañero de peleas del alemán, Jenson Button, también ha mostrado su preocuàción, sobre todo después de que rodara algunas vueltas en una demostración con un coche equipado con motor V10 durante ese fin de semana en Albert Park: "Dios mío, echo de menos eso. Sonaba increíble. Esos fueron grandes años para el sonido del motor, pero ya no existe".
Análisis de los contratos
La mayoría de gente en el paddock se mostró decepcionado, pero el jefe ejecutivo del GP de Australia, Andrew Westacott, ha revelado estar muy enfadado. "Pagamos por un producto, tenemos contratos en regla y estamos analizándolos muy, muy seriamente porque reconocemos que, probablemente, ha habido algunas infracciones", apuntó Westacott a Fairfax Radio. Pero Lauda explicó que sería erróneo jugar con las reglas de los motores solo porque el deporte ahora es menos ruidoso: "Todos quieren hacer algo al respecto, pero se puede cambiar simplemente el tubo de escape, habría de rediseñar todo el motor y el mapeado, y eso es algo muy caro. Por favor, no cambiemos el motor solo para que haya más ruido".