Durante la mayor parte del mes de agosto, la prohibición de entrenamientos y las tres semanas de descanso hasta el primer GP de Europa en Valencia hacen que la mayor parte del cansado mundo de la F1 pueda descansar y recargar pilas para las últimas siete carreras de la temporada.
Excepto Lewis Hamilton, quien dijo en Hungría que podía pasarse perfectamente sin el descanso de tres semanas: "Yo no necesito un descanso."