En McLaren-Mercedes se niegan a seguir la moda de instalar la famosa "aleta de tiburón" sobre sus monoplazas porque aseguran que no ofrece nada significativo al rendimiento del coche. Se supone que esta aleta limpia el flujo de aire para que llegue en mejores condiciones al alerón trasero, especialmente en curva, pero para ellos es más bien al revés, según explica Martin Whitmarsh:
"Su objetivo es mejorar la sensibilidad del coche en las curvas, pero descubrimos que algunas de las ventajas en esa zona se descompensan en otras. Como se puede ver claramente, es una gran estructura particularmente sensible al viento cruzado. Vimos que nuestro coche ya tiene suficiente orientación y que continuar experimentando con la aleta dorsal tal vez no nos daría la suficiente ventaja en esa área como para que merezca la pena."