PODIO EN 2007

GP de Canadá: Recordando a Alex Wurz

Repasamos el paso del piloto austriaco por la F1 y hacemos especial hincapié en el tercer puesto que logró en Montreal en 2007.

Roberto Rodríguez 5 de Junio 2014 11:50

2007 era un premio para Alex Wurz. Siete años después de su última temporada en Fórmula 1, el piloto austríaco volvía a tener una última oportunidad. Estábamos en Canadá, en el circuito Gilles Villeneuve, un trazado que, como si rindiese honor al piloto que lleva su nombre, es capaz de deparar todo tipo de sorpresas. Allí, en Montreal, en uno de los circuitos más espectaculares de la Fórmula 1, Alex Wurz estaba a punto de abrirse paso a toda velocidad entre los amenazantes muros canadienses en busca de un último día de éxito para una gloria pretérita.

Alex Wurz debutó en 1997 y lo hizo de la manera menos agradable para un piloto, sustituyendo a un compañero lesionado. El austriaco era piloto probador de Benetton, y tras la lesión de Gerhard Berger tuvo que subirse al monoplaza azul durante tres carreras, la primera de ellas Canadá. Sin apenas experiencia, Wurz tuvo que retirarse en las dos primeras pruebas, no sin antes dejar un destello en forma de séptimo puesto de salida en Francia, pero la tercera y última ocasión no iba a pasar de largo. Era Silverstone, un trazado histórico donde los haya, y Wurz partía desde la octava posición de la parrilla. Pese a perder una posición en la salida con su compañero Alesi, pronto los dos Benetton, como si de un solo monoplaza se tratase, comenzaron a abrirse paso entre el pelotón.

Primero cayó Irvine, luego Ralf Schumacher y Villeneuve, y finalmente Coulthard. Alesi iba tercero, pero Wurz aún estaba tras su compañero, con el dulce sabor a miel del podio en los labios, pero sin poder saborearlo. Y entonces llegó el golpe definitivo. El motor Mercedes del líder de la carrera, Mika Hakkinen, reventaba a solo siete vueltas del final. Mientras para el finés se escapaba su primera victoria, para Alex Wurz llegaba, en solo tres carreras, su primer podio en Fórmula 1. Las dos caras del automovilismo en un solo instante. Berger tenía que volver, pero Wurz ya había sembrado su destino. En 1998 sería piloto titular del equipo Benetton.

Mejores tiempos con Benetton

La siguiente temporada Benetton cambió mucho, y casi todo para mal. Con Briatore fuera del equipo, los motores Renault también abandonaron la escudería, quedándose con un sucedáneo llamado Playlife que en ningún momento rindió al nivel de los propulsores de la marca francesa. Para terminar con los cambios, a Jean Alesi le reemplazó un joven con hambre de victorias, Giancarlo Fisichella. Wurz superó al italiano en la clasificación final (17 puntos del austriaco por 16 del romano) pero las excelentes actuaciones de Fisico en Mónaco y Canadá, siendo segundo en ambas pruebas, lograron eclipsar la regular temporada, pero sin un solo podio, de Alex Wurz. Las dos siguientes temporadas fueron un desastre para el austriaco. La fiabilidad del coche bajó a la par que su rendimiento.

Wurz solo pudo obtener tres puntos, mientras que Fisichella sumó trece con otra segunda posición en Canadá incluida. El italiano estaba ganando la batalla. Eran dos jóvenes promesas de futuro, y en su duelo personal el romano se estaba llevando todos los vítores. El primer año del nuevo siglo trajo el fin de la etapa de Wurz en Benetton. Mientras que Fisichella lograba tres podios y 18 puntos, el austriaco solo conseguía dos míseros puntos como pésimo bagaje de la temporada 2000. El equipo fichó a Jenson Button para 2001, a Wurz le esperaban cinco duras temporadas de probador de McLaren, pero a quien es persistente siempre le llega la oportunidad.

Oportunidad en McLaren

Estamos en 2005. Han pasado cuatro años y medio de la última carrera de Alex Wurz en Fórmula 1. Ahora es probador de McLaren, y aun en esa faceta tiene dura competencia, ya que Pedro de la Rosa es el otro piloto reserva del equipo de Woking. El español y el austriaco se alternan las presencias en los entrenamientos libres del viernes cuando salta la sorpresa, el mayor de los infortunios, Juan Pablo Montoya, piloto titular del equipo, se lesiona el hombro jugando al tenis. La primera oportunidad, en Bahrein, es para Pedro de la Rosa, que termina quinto y logra la vuelta rápida. En San Marino McLaren ejerce la rotación entre sus pilotos reservas y es Wurz quien tiene la oportunidad de subirse al McLaren. Casi cinco años después Alex vuelve a estar en una parrilla de salida de la Fórmula 1, y esta vez tiene entre sus manos el coche más rápido del campeonato. La clasificación no es espectacular. Con el peculiar y poco duradero sistema reinante por entonces, que consistía en dar dos vueltas y sumar los tiempos, Wurz se queda séptimo a casi dos segundos del tiempo de la pole de su compañero Kimi Raikkonen.

En la salida mantiene posición, y avanza una cuando la desgracia se ciñe en la bala plateada del finés, que se avería mientras lideraba la carrera. En Imola adelantar en pista es muy difícil, pero gracias a una buena estrategia Wurz consigue tener unas vueltas limpias en las que estrujar su coche al límite para superar a Sato, Webber y Trulli. El McLaren circula tercero, pero pronto tiene que dejar paso a la remontada épica que protagonizaba Schumacher con su Ferrari. El alemán venía desde la decimotercera posición directo hacia la gloria, dispuesto a protagonizar una batalla memorable por la victoria, y Wurz no pudo frenarle. Con Alonso y Button también por delante, el austriaco llegó a meta en cuarta posición. No estaba mal, pero las mieles del podio se resistían, o al menos eso parecía. Tras la carrera, la FIA descubre un segundo depósito ilegal en el BAR de Button, quien queda automáticamente descalificado de la carrera. Pese a que no ha podido saborear el champagne, Wurz ya tiene su segundo podio en Fórmula 1, y tal y como pasase en el primero tendría que dejar su asiento en la siguiente carrera en manos del piloto titular lesionado, que ya volvía de su recuperación.

Williams se fija en él

Una sola carrera en McLaren y un podio fue suficiente para que Wurz llamase la atención de otro equipo histórico, Williams, de cara a la temporada 2006. Y, aunque ese año lo pasó entero como probador, cuando Webber abandonó el equipo en 2007 el austriaco fue el elegido para sustituirlo. Después de seis temporadas en blanco, a excepción de la gloria de Imola 2005, Wurz volvía a ser piloto titular de Fórmula 1. Desde el principio todo fueron dudas hacia él, y prácticamente cada semana surgían rumores de que no concluiría la temporada, acrecentados más aún tras el fuerte accidente que sufrió con David Coulthard en Australia, primera carrera del campeonato, en el que el Red Bull del escocés pasó cerca del casco del piloto de Williams. Después de conseguir los primeros puntos en Mónaco merced de un séptimo puesto, llegamos a donde nos habíamos quedado, el Gran Premio de Canadá.

La carrera no pudo empezar peor. Wurz solo había calificado delante de los dos lentos Spyker, y para colmo en la vuelta ocho, después de una buena salida, el Toro Rosso de Scott Speed le golpeó por detrás, dañándole parte del alerón trasero. Con todas estas inclemencias, solo un caos como el que se iba a desatar en el Gilles Villeneuve podía colocar a Wurz en el podio. Sutil se estrelló, y con el Safety Car en pista no estaba permitido repostar, algo a lo que Rosberg y Alonso se vieron obligados, recibiendo ambos un correspondiente 'Stop and go'. Al retirarse el coche de seguridad, gran parte de los vehículos, entre los que no estaba Wurz, se vieron obligados a retenerse en boxes, avanzando el austriaco muchas posiciones, aunque poco duró el periodo de calma ya que una vuelta después Robert Kubica sufriría su famoso y grave accidente. El Safety Car volvía a estar en pista en mitad del desastre y la preocupación por el polaco. Wurz, que rodaba sexto, aprovechó la ocasión para hacer su última parada, mientras se seguían sucediendo los acontecimientos. Fisichella y Massa descalificados por saltarse el semáforo y Albers contra el muro, provocando un tercer Safety Car que repitió la situación de descontrol estratégico. Tras un cuarto y definitivo coche de seguridad provocado por Liuzzi, Wurz rodaba ya cuarto, justo por detrás de otro veterano de mil batallas, Rubens Barrichello, que finalmente se vio obligado a hacer su última parada con el Honda, abriendo las puertas a Wurz de un último podio, la última epopeya de un luchador de las cuatro ruedas.

Finalmente, como algunos auguraron, no terminó la temporada. Él mismo se retiró tras el Gran Premio de China dejando su puesto para Brasil en manos de Kazuki Nakajima, próximo piloto de la escudería. Antes, estuvo a punto de sumar un último podio. Fue en Nurburgring, bajo el diluvio, donde Wurz logró abrirse paso hasta la cuarta posición, entrando en meta pegado a la cola, a solo tres décimas, del Red Bull de Mark Webber. Con 33 años Wurz dejaba las carreras. En 2008 fue probador de Honda, siguiendo con el equipo cuando lograron ser campeones en 2009 bajo el nombre de Brawn GP, al final, y después de tanto, Wurz logró ser campeón, aunque fuese así, como participe de uno de los equipos más románticos que lograron el título. Además de esto, a sus espaldas quedan tres podios con tres equipos históricos, Benetton, McLaren y Williams, y una buena trayectoria de este gigantón austriaco de 186 cm que se ganó con su simpatía el respeto de compañeros y aficionados. Alex Wurz, un grande de la Fórmula 1.

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