Las largas rectas del Hockenheimring dan una sensación de infinidad, de lucha contra el tiempo y contra la vida. En mitad de una de ellas, y empotrando sus sueños de leyenda contra el tronco firme de un árbol alemán, un inglés de provincia, un piloto de los que no tenían comparación en aquellos años 60', rompía el corazón de Lotus, de Chapman, de la Fórmula 1. Jim Clark se salía de pista un día de abril de 1968 y arrancaba las lágrimas y la leyenda negra del boscoso trazado.
Desde 1951, Alemania había estado presente en el calendario de la Fórmula 1 salvo en dos ocasiones. Del viejo Nordschleife a Avus, con la predominancia inigualable del circuito de la región de Eifel. Vistas las vidas cobradas por la 'vieja serpiente' germana, los pilotos miraban con recelo que la octava prueba del mundial del 70 se celebrara en aquel circuito de leyendas, pesadillas y epopeyas. La GPDA, liderada por el también líder del Campeonato, el joven austriaco Jochen Rindt, encarga un informe y durante el GP de Francia de mediados de julio, lo presenta al resto de pilotos. La unanimidad es clara y Jackie Stewart enarbola la bandera de la seguridad, como tantas otras veces haría a lo largo de las siguientes décadas. No correrán en Nurburgring a menos que se hagan las modificaciones exigidas.
No hay margen de maniobra
El tiempo corre en contra de Nurburgring y el Club del Automóvil de Alemania propone una alternativa: el circuito donde Jim Clark dijo adiós a la vida, dijo hasta siempre a la Historia, Hockenheim. Los pilotos aceptan sin dudarlo. Lo consideran más seguro tras los guardarraíles instalados después del trajo accidente y las dos chicanes introducidas en mitad de ambas rectas. La lucha iniciada en pos de la seguridad por aquellos héroes humanos de los 70' salvó vidas en años posteriores aunque no pudieron asegurar la plena inmunidad para sí mismos.
Jochen Rindt llega como líder del Campeonato. Once puntos de ventaja tras vencer las tres últimas citas del calendario en Zandvoort, Clermont-Ferrand y Brands Hatch. Sólo Jack Brabham en Sudáfrica, Jackie Stewart en el Jarama -consiguiendo la primera victoria para el fabricante March- y Pedro Rodríguez con BRM en Spa consiguieron toserle en la primera mitad de la temporada al austriaco de Lotus-Ford. El rival más cercano es el 'abuelo' tricampeón, Jack Brabham, que a sus 44 años disputa su última temporada en la Fórmula 1.
Jacky Ickx se impone a una vuelta
Jackie Stewart había sido Campeón en 1969 con el Matra MS10 tras ganar seis de las once citas pero su cambio a Tyrrelll, con chasis March 701, le relega a la tercera posición de los favoritos. No obstante, el escocés tratará de mantener el tipo hasta final de temporada, cuando en las tres últimas citas el Tyrrell 001 le hace abandonar cada una de ellas. Otro Jacky, aunque este de origen belga y modales chulescos, se hace con la pole position del primer Gran Premio celebrado en Hockenheim.
Los propulsores de 12 cilindros que montan los Ferrari se erigen como dominadores en las prácticas pero el Lotus 72C de Rindt logra colarse entre los dos monoplazas italianos en la clasificación del sábado. Jacky Ickx logra una vuelta dos décimas más rápida que el líder del Campeonato y tres décimas mejor que Clay Regazzoni, a los mandos del otro 312B. El cálido sol de agosto espera a los pilotos, y a sus mecánicas, en la mañana dominical.
La relación Chapman-Rindt se encrudece
El baile continuo entre el belga y el austriaco se prolonga entre los bosques cercanos a Heidelberg. Jacky Ickx es primero a falta de dos vueltas pero Jochen Rindt logra superar al belga tras aspirar el aire de su propulsor a escasos centímetros de distancia de la trasera del Ferrari durante gran parte de la penúltima vuelta. El rebufo le sirve al de Lotus para proclamarse vencedor de una batalla que se ha prolongado durante cinco decenas de vueltas al largo trazado germano.
Sólo siete décimas de diferencia les han separado. Ambos coches rojos cruzan la línea de meta ante el delirio de Colin Chapman y los suyos. El 'estadio' ruge y Rindt vence en una carrera que, si bien no la de local, es lo más cercano a ello para el austriaco. Sudoroso y con expresión exhausta, Jochen se quita el pañuelo que cubre la mitad inferior de su cara. Ha ganado su cuarto Gran Premio consecutivo. El título está más cerca pero la complicidad con Chapman, el creador, no es, ni mucho menos, la que se podría esperar.
Ambos se niegan la palabra a pesar del éxito del Lotus 72C y es Bernie Ecclestone quien debe hacer fluir la comunicación como intermediario y representante del piloto austriaco. Jochen Rindt asegura que el monoplaza británico no es seguro y que teme por su vida cada vez que se sube a él. Colin Chapman, en cambio, se centra en la excelencia de sus diseños antes que en las medidas de seguridad de los mismos. No obstante, su sombrero roza el cielo germano cuando cae la bandera a cuadros. Celebra su victoria. La de su equipo. La de su 'criatura'.
Mientras, el público ovaciona al héroe austriaco como si de un compatriota se tratara. Lotus y Rindt lideran ambos campeonatos. 20 puntos de ventaja con el 'abuelo' tricampeón Brabham comienzan a ser notables. Quedan cinco pruebas y Jacky Ickx se tomará su revancha, fría y cálida al mismo tiempo, dos semanas después en el Gran Premio local -esta vez en toda regla- de su rival, que abandonará con problemas en su motor Ford Cosworth. En Hockenheim, Jochen Rindt saborea, sin ser siquiera consciente de ello, su última victoria en la Fórmula 1. Otro rival más fuerte cruzará su camino en tierras transalpinas.
La tragedia le proclama Campeón
Tras el Gran Premio de Austria, la señora de la guadaña hará acto de presencia de una manera devastadora para toda la parrilla. El líder del Campeonato se marcha en Monza, durante los Libres del Gran Premio de Italia, con sólo 28 años de edad y tras haber dominado una temporada para el recuerdo. Para la Historia. Hockenheim vivió un oasis en el desierto aquel 2 de agosto de 1970. La última victoria de Rindt. Su último Gran Premio en Alemania. Su última celebración en vida. El título sería suyo por cinco puntos frente a un Jacky Ickx que lamentaría su pérdida. Único campeón de Fórmula 1 póstumo. Pedazos de vida dedicados a luchar por el reconocimiento global en una búsqueda constante de sí mismos.