Lucía el sol en el ratonero circuito de Hungaroring. Algunos lo califican de 'circuito de karts para coches más grandes'. Pero en la sala de conferencias preparada por la FIA, el frío aire acondicionado amenazaba nuestras gargantas y la falta de insonorización de los ventanales hacía que los V8 de los GP2 rugieran fuerte entre las cuatro paredes blanquecinas. Los focos -para la televisión- apuntaban en su dirección y como si de un tercer grado se tratara, sólo faltaba el policía, los jefes de equipo de Force India, Sauber, McLaren, Red Bull, Williams y Ferrari tuvieron que sufrir el acoso y casi derribo de un tema delicado y complicado como son los enfrentamientos en el este de Ucrania...entre otros.
Los gestos de complicidad entre Monisha Kaltenborn y Vijay Mallya -con un rapado lateral que hace abrir los ojos ampliamente- no sirvieron para apagar la intensidad de la rueda de prensa de este viernes aquí, en Hungría. Todo comenzaba con la sugerencia de si sentían preocupados por la llegada del GP de Rusia -el primero de su especie- en Sochi, dado el conflicto entre el ejercito ucraniano y los rebeldes pro rusos cerca de la ciudad olímpica. "Obviamente, lo que está pasando en Rusia y esa parte del mundo en estos momentos es una gran preocupación para todos, pero siempre hemos dicho que como apoyo, tratamos de dejar de lado el ángulo político de estas cosas. Aquí, la FIA es el organismo director de nuestro deporte, ellos establecen un calendario y nosotros tenemos que seguir sus directrices y, por ahora, la carrera sigue en el calendario", dejaba claro Claire Williams, con gesto serio y mirada intensa.
"Bueno, algo parecido sucedió en Bahréin y seguimos las directrices de la FIA, o su recomendación. Creo que estoy de acuerdo con Claire. Nosotros sólo seguimos lo que la FIA dice", apuntaba el moderno Vijay Mallya. Su compatriota, Kaltenborn, seguía una línea similar: "Totalmente de acuerdo con ello. Debemos confiar en el organismo de gobierno y en el propietario de los derechos comerciales. Ellos dos son los que tienen la responsabilidad y nosotros actuaremos como ellos digan, como en el pasado". Pero el barco en el que se había convertido la sala de conferencias en esos momentos no cambió de rumbo hacia aguas más apacibles. De hecho, fue al contrario.
"Sebastian ha sido mencionado como una de las causas por las que la gente no fue a la carrera, según el promotor del circuito, lo cual es una basura. Cuando los precios que están pidiendo son tan altos, tienes que ser realista y es que hay problemas alrededor de la carrera que deben ser direccionados y por supuesto que es preocupante para todos nosotros ver tan poca gente en Hockenheim, cuando hay tanto éxito alemán en el deporte en estos momentos", aseguraba un Christian Horner que iba a convertirse en protagonista de la travesía, sin saberlo, minutos más tarde. Con gesto serio, mirada dura y algo de desdén en sus palabras, Mattiacci apuntaba que "Esta es la pregunta más repetida en todas las ruedas de prensa por lo que creo que aún creemos que la F1 es unas de las mejores plataformas del deporte. Obviamente, hay signos de alarma. Pero no creo que sea positivo hablar de ello en cada rueda de prensa. Estamos todos para promocionar el deporte y creo que debemos hacerlo de una manera inteligente. Lo dicho, hay signos alarmantes pero debemos dar el siguiente paso: sentarnos a discutir, debatir y encontrar soluciones".
La defensa de Horner
Por si las dudas y a pesar de que en Canadá, Austria y Silverstone se colgará el cartel de 'todo vendido', las gradas en Hungaroring han mostrado su desnudez en la jornada del viernes. Queda esperar cómo lucen sábado y domingo pero los 50.000 de Alemania podrían ser bastantes en comparación. El momento más candente llegaba a escasos minutos del final. El gong no había sonado todavía pero las palabras de Christian Horner terminarían haciéndolo sonar. "Esto se está convirtiendo en una rueda de prensa muy deprimente, ya que nos estamos centrando sólo en cosas negativas. Mira, el calendario sale en octubre o noviembre. Todos tenemos la opción de entrar, o no, en el Campeonato. Todos los que estamos aquí sentados somos competitivos y estamos aquí porque nos gusta el deporte y queremos competir. Tenemos nuestra fe y nuestra confianza puestas en la FIA y el promotor e iremos a todas las carreras a no ser que ellos consideren lo contrario. Vosotros, o la mayoría, estará también allí y lo hará porque es un apasionado del deporte o porque os ganáis la vida cubriendo el deporte y creo que es un error hacer de la F1 un asunto político cuando es un deporte".
Tras las palabras de molestia por parte del jefe de equipo de Red Bull, llegaba una especie de exhortación al deporte, a la competición y los duelos en pista, "como el que tuvieron nuestros pilotos y el suyo -señalando a Mattiacci- en el último Gran Premio", o la gran remontada de Lewis Hamilton, o la estrategia de Pirelli..."porque si tenéis este tipo de preguntas, hacérselas llegar al Sr. Todt y al Sr. Ecclestone mejor que a los equipos". Queda claro lo comprometido del asunto. Y es que ante una pregunta como "¿Irán entonces a Corea del Norte si así se lo pidieran?", la respuesta que dio Vijay Mallya no puede ser calificada por menos de banal -"Creo que la cuestión ha sido mal enfocada. Ellos son los propietarios de los derechos comerciales (Ecclestone y CVC) y la FIA. Nosotros competimos donde ellos pongan los eventos. Es así de simple".
La FIA, muy probablemente, lanzaría la pelota sobre el tejado de otro o al aire, sin más. El final al respecto de la posible estrategia a un o dos paradas durante la jornada del domingo ofreció respuestas con tan poco jugo como se esperaba. Entonces, ¿qué es lo esperaban Horner y sus compañeros de estrado?