LLEGAN A CASA

Paul Hembery: "Cuánto más rápido es el circuito, más estresante es para los neumáticos"

El responsable de Pirelli defiende la elección de los compuestos más duros para el Gran Premio de Italia.

Iván Illán 1 de Septiembre 2014 19:20

Los dos compuestos más duros de la gama de Pirelli, el naranja y el blanco, son los elegidos para el Gran Premio de Italia. Según ha justificado la casa italiana, la alta velocidad de la pista de Monza exigirá mucho a los neumáticos ya que el descenso en el 'downforce' requerido para el trazado transalpino supondrá que el riesgo de bloqueos y altas temperaturas para las gomas sea mayor en Monza que en la mayoría de pistas.

Paul Hembery, responsable de Pirelli Motorsport:

"Correr en casa siempre es una fuente de satisfacción y orgullo para nosotros, sobre todo porque muchos de nuestros empleados, que normalmente no viajan a las carreras, se acercan a ver nuestros neumáticos en acción por única vez en toda la temporada. Además, nuestra carrera de casa pasa por ser una de las más exigentes del año para los neumáticos, debido al rápido trazado del circuito: la razón por la que Monza es conocido como "el templo de la velocidad". Cuanto más rápido es el circuito, más estresante es, por lo general, para los neumáticos, debido a la acumulación de calor que todas estas fuerzas conllevan. Los coches circulan con una carga aerodinámica muy baja para maximizar su velocidad punta en las rectas. Esto tiene un efecto muy distinto en los neumáticos, ya que a menor carga aerodinámica, más derrapan los vehículos y corren mayor riesgo de bloqueo de las ruedas en las zonas de frenado, que son un elemento clave en Monza. Estos bloqueos pueden provocar planos en la superficie de los neumáticos, aunque el diseño de la estructura y los compuestos de este año, hacen que ésta sea una circunstancia mucho menos habitual e importante".

Jean Alesi, embajador de marca Pirelli:

"En Monza hay una única norma: buscar la mejor manera de hacer frente a velocidades que están más cerca de los 400 km/h que de los 300 km/h. Con el fin de conseguir la velocidad máxima más alta en las largas rectas, se necesita de una carga aerodinámica muy baja. Así que el trabajo principal del piloto es cuidar los neumáticos traseros. Es por eso que se requiere de una puesta a punto que proporcione buena tracción en la salida de las chicanes. De lo contrario, los neumáticos traseros se desgastan mucho y las distancias de frenado se alargan, lo cual es un desastre para el tiempo por vuelta. Eso no es todo. A esas velocidades, se sufre lo que denominamos "Efecto Lift", de elevación: sientes que el coche está a punto de despegar de la pista. Es algo que sólo se encuentra en Monza; a veces incluso sientes que es bastante difícil mantener el coche en línea recta en las rectas. Siempre me ha gustado Monza, y he estado cerca de ganar en más de una ocasión. Escuchar a los aficionados animando en la tribuna es una experiencia increíblemente emocional. ¡Y eso fue con un motor de 12 cilindros!. Con un turbo de seis cilindros más tranquilo como el de este año, los pilotos podrán escuchar a los fans aún más".

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