El que fuera jefe de equipo de Benetton y Renault aparecía por Monza en la jornada del viernes. Su llegada se producía en un Mercedes-Benz S500 con los cristales tintados, como los de las grandes personalidades. Se paraba delante del especial Motorhome de Bernie Ecclestone y miraba atento a su alrededor a la acumulación de medios y aficionados VIP. El magnate de la Fórmula 1 lo había invitado a ver, por primera vez esta temporada, los nuevos monoplazas en acción... y su primera impresión estaba muy lejos de agradarlo.
Con su pelo blanco ligeramente largo y esas gafas finas con cristales tintados -como los del coche en el que llegaba-, el italiano contestaba con paciencia todas las preguntas y dejaba claro que no ve a Marchionne como el sustituto de Luca di Montezemolo al frente de Ferrari. La nueva era Turbo V6 no le atrae en ningún sentido y se muestra duro con los altos costes de los propulsores y todos sus 'extras'.
La salida de Montezemolo
"También yo escucho esas voces tan insistentes", aseguraba Briatore al respecto de los rumores de salida de Luca di Montezemolo de la directiva de Ferrari. "Siempre estamos acostumbrados a identificar a Ferrari con Montezemolo, por lo que será un gran cambio. Si finalmente lo deja, creo que será un decisión suya, probablemente también debida a sus motivos privados. ¿Marchionne en su lugar? ¡Bah!, no veo como lo podría hacer, ya trabaja 22 horas al día si tener que ocuparse de Ferrari...."
Además, el ex de Renault lanza un aviso a navegantes: "No es que si Montezemolo deja Maranello, Ferrari vaya a ir mejor en la Fórmula 1. Es quien gestiona la cotidianidad del equipo de carreras quien tiene la responsabilidad futura del rendimiento de Ferrari, no el Presidente. Y Ferrari debe mejorar y mucho sus prestaciones. Y para hacerlo, deben trabajar mucho más duro que ahora".
La nueva era Turbo
En cuanto a la nueva era Turbo V6 de esta temporada, el italiano se mostraba implacable y disgustado ante las sonrisas cómplices de muchos de los medios aquí, en Monza. "Esta F1 no me involucra y así como no me gusta a mí, no le gusta a muchos espectadores. Lo demuestra la actitud del público en las pistas, los bajos índices de audiencias televisivas. Esta desafección necesitará de alguna cosa, ¿no? La culpa es de la tecnología exagerada; ha sido hecho un reglamento que apasiona a los ingenieros, pero no a los espectadores. Motores carísimos que hacen ir a los coches más lento que hace años. Antes teníamos un V8 que era potente, hacía buen ruido y costaba poco construirlo. Ahora tenemos motores muy sofisticados, que van más lentos y son carísimos. Es apasionante para los ingenieros, que dicen 'un gran trabajo de ingeniería', pero no para el público".
Hasta tuvo tiempo para lanzar uno de sus retos: "Reto a quien quiera a meter un motor en un podio aquí, en mitad del paddock, y un personaje entre los pilotos. Según vosotros, el espectador de la F1, ¿qué reclama más? ¿El trozo de metal o al piloto? Esta tecnología híbrida no va bien para la F1, como mucho para Le Mans".
"La F1 son carreras de gladiadores, no de ahorro. En mis tiempos decíamos a los pilotos: ve a muerte durante 60 vueltas a ritmo de clasificación, hoy en el box les dicen por la radio que vayan más lentos para conservar combustible. Y después, esta F1 cuesta demasiado. Hoy, un equipo con motores tan sofisticados debe gastar 300 millones de euros al año y las pequeñas escuderías están a punto de caer económicamente. En mis tiempos, con Jordan, Benetton y tantos equipos privados, no habrían podido existir con esta tecnología", reflexionaba, con gesto serio, sólo sonriendo ante la presencia de algún viejo amigo, Flavio Briatore.
Para el final de su intervención dejó su el rebautizo de esta nueva Fórmula1: "Esta Fórmula 1 se ha transformado en Fórmula NP (NP: Non piace, en italiano): Fórmula que no gusta". No parece dispuesto a asumir ningún papel de consejero de la categoría, sus negocios le llevan a otro lugar lejano del que una vez fue su día a día.