Alain Prost ha sido muy crítico con el uso de la radio que los equipos estaban haciendo en los últimos tiempos. Los pilotos, según el cuatro veces Campeón del Mundo, parecen haber dejado de tener que pensar dentro del monoplaza y tan solo parecen limitarse a conducir según las directrices de los ingenieros perdiendo la emoción que su labor tenía cuando él competía.
"Si hay algo negativo que señalar de la Fórmula 1 moderna son los mensajes de radio", declaraba Prost a Autosport. "Los mensajes para el público, espectadores y personas que están viéndolo por la tele son muy negativos porque aunque no sea del todo cierto, se pueden creer que la Fórmula 1 está asistida y controlada por otra persona que no es el piloto. Esto es lo peor que puede pasar".
Prost cree que la imagen de la Fórmula 1 se ha visto muy dañada por este aspecto. "Es siempre difícil porque siempre es un compromiso, pero si das una señal negativa en términos de imagen...". Aun así, asegura no tener ni idea de lo que piensan los aficionados y que él tan solo habla de sus impresiones que son "más negativas que positivas".
Por suerte para Prost, la FIA ha prohibido este tipo de comunicaciones definitivamente a partir del Gran Premio de Singapur.
Quejas y más quejas
Otro de los aspectos negativos que salen a relucir cuando la FOM pincha la radio de los equipos son las múltiples quejas que los pilotos trasladan a sus equipos durante las carreras. Prost también ha cargado duramente contra estas actitudes.
"El otro punto negativo son los mensajes de los pilotos a los ingenieros 'me ha tocado, ¿qué debería hacer? Avisad a Charlie (Whiting), preguntadle a Charlie por la penalización'. No podemos tener cosas así" explicaba el expiloto. "Ante todo, esto no debería suceder. Si dice eso es porque las cosas han cambiado, si quiere quejarse al menos que sepa algo sobre ello".
En esta línea fueron las conversaciones de radio que Fernando Alonso y Sebastian Vettel mantuvieron con sus ingenieros durante el Gran Premio de Gran Bretaña mientras luchaban por posición en pista. Ambos pilotos acusaban al contrario de saltarse la normativa e instaban a sus equipos a preguntar a Charlie Whiting si las maniobras estaban siendo legales.