La verdadera jerarquía en la parrilla de 2015 no empezará a estar clara en los próximos test de Barcelona. Esto es lo que opina el nuevo jefe del equipo Ferrari, Maurizio Arrivabene, después de que la Scuderia sorprendiera en Jerez y se marchara de Andalucía liderando la hoja de tiempos. Ahora, el deporte se prepara para su segunda cita invernal en el circuito de Montmeló, donde se llevarán a cabo las dos rondas finales de pruebas antes de que el Mundial arranque de forma oficial en Melbourne.
"Obviamente, el test más importante será el último. La razón es que solamente entonces los equipos deben quitarse sus máscaras y mostrar sus cartas para Melbourne. Mercedes estuvo escondido en Jerez, y siempre hay que esperar sorpresas positivas por parte de Honda", señaló Arrivabene, que lidera una Scuderia reestructurada desde la salida de Stefano Domenicali, Nikolas Tombazis, Luca di Montezemolo y Fernando Alonso, entre otros.
Con los pies en el suelo
Por ese motivo, Arrivabene piensa que no hay que ilusionarse ni sacar de contexto los tiempos que registró Ferrari en Jerez. "Nadie puede vender humo, aunque yo haya trabajado en tabacaleras para buscarme la vida. Tengo grandes sueños, pero también los pies en el suelo. A nuestros fans les digo que crean en el esfuerzo que estamos haciendo, y que tengan en cuenta la situación en la que comenzamos".
No obstante, el italiano dejó claro que el ambiente en Maranello ahora es totalmente diferente debido, en parte, a la llegada de Sebastian Vettel: "Estuve por allí cuando Michael estaba en Ferrari, y he de confesar que hay veces en las que miro a Vettel y, en cierta forma, parece una copia de Schumi. Hay similitudes impresionantes, para aquellos que hayan conocido a ambos. Esperamos que los resultados también sean los mismos".