Lujo, comodidad, dinero, diversión...Todas estas cosas, y más, rodean al Gran Premio de Mónaco en su semana de gloria en el calendario de la F1. El Principado acoge la carrera con más glamour del Mundial en un circuito en el que no hay margen para el error. La pista supone una verdadera prueba para el piloto, que ha de encontrarse a sí mismo para dominar a la perfección el coche y poder sacar el máximo rendimiento posible de él. Así, los chicos de Red Bull esperan aprovechar cada muro para sacar ritmo a su RB11, un coche que sigue dando problemas de fiabilidad y potencia.
Daniel Ricciardo (7º, 25 puntos):
"Desde el punto de vista del piloto, aunque quizás los equipos lo vean de forma diferente, lo mejor de ir a Mónaco es que es un circuito en el que el piloto tiene más influencia que en otros. Conducir un coche de F1 es especial en cualquier lugar, pero aquí es como intentar dar una vuelta en un supermercado, y es genial. Sé que se dice que conducir en Mónaco es como montar en bici en el baño. Bueno, cuando era pequeño, solía montar en bici dentro de casa, era más divertido porque había más obstáculos y más peligro. Realmente es así como es en Mónaco: tienes los muros cerca y los baches del circuito. No puedes permitirte cometer errores, tus niveles de concentración se disparan y tiendes a soprenderte por lo rápido que lo gestionas todo. El Gran Premio de Mónaco es el reto real. Hay mucha energía alrededor: los grandes yates, los que gastan dinero, la gente 'cool', los Hollywwods, todo está allí. No diría que hago algo como eso en otra época del año, pero se crea un ambiente loco durante el fin de semana y eso hace que se dispare la adrenalina".
Daniil Kvyat (13º, 5 puntos):
"El de Mónaco es un circuito que ofrece confianza real. Necesitar bordarlo. Has de encontrarte a ti mismo, tu flujo, y el enfoque correcto a nivel mental y con el coche y, luego, has de hacer que ocurra. Al principio es una gran prueba; salir ahí fuera y encontrar esa confianza no es sencillo, y siempre te cuestionas, preguntándote cuándo va a pasar, cuándo voy a sentirlo y empujar a por ello. Pero llegado un punto en el fin de semana, simplemente pasa, encuentras el ritmo y los tiempos por vuelta llegan. Cuando pasa eso, cuando consigues situarte en el lugar adecuado y encuentras una buena comprensión con el circuito, es genial. Lo hice bastante bien en clasificación el año pasado (9º), pero solo completé algunas vueltas en carrera porque tuve un problema en el coche. No estoy seguro de que haya ningún secreto ni ningún área que sea la clave. Simplemente hay que bordar la vuelta, todo parece que sucede en un suspiro".