Hungría tiene algo especial. Solo así puede justificarse que un circuito tan previsiblemente anodino y en una localización con tan poca tradición se haya acabado convirtiendo no solo en un clásico, sino en una de las carreras más esperadas del año. En Hungaroring siempre hay alternancia, siempre salta la sorpresa, y por eso el Mónaco sin muros es ya un trazado de cariño especial para cualquier amante de la Fórmula 1.
Un adelantamiento. Nelson Piquet a Ayrton Senna en 1986
Para algunos, uno de los mejores adelantamientos de la historia. El del 86 era el primer Gran Premio de Hungría de la historia y Senna lo estaba liderando desde la pole con el Lotus. Cuando caminaba firme hacia una de sus primeras victorias apareció Piquet, con su dominante Williams Honda, dispuesto a robarle el éxito a su compatriota. Senna se defendió, pero tras varios intento Nelson consiguió superarlo por fuera, haciendo derrapar su coche, en la veloz curva 1, mucho más abierta entonces que en la actualidad. Piquet ganó la carrera y dejó claro que, de momento, él seguía siendo el mejor piloto brasileño.
Un accidente. Felipe Massa en 2009
En Hungría 2009 la Fórmula 1 se volvió a encontrar cara a cara con la tragedia. Durante la sesión de clasificación un muelle salió del coche de Rubens Barrichello, impactando contra el casco de Felipe Massa. El brasileño de Ferrari quedó en coma y tuvo que ser operado de urgencia en la cabeza, aunque finalmente Massa solo se perdió la parte final de la temporada y pudo volver a las pistas de Fórmula 1 medio año más tarde. Un disgusto menor para la gravedad que pudo haber tenido.
Una carrera memorable. 2006
Sin duda la carrera más loca que se haya visto en el Hungaroring. Con los dos dominadores del mundial, Alonso y Schumacher, penalizados con salir muy retrasados y el diluvio azotando la pista, la carrera se convirtió en un caos en el que los actores secundarios tomaron el poder. Schumacher y sobretodo Alonso consiguieron recuperar posiciones de manera soberbia, dejando adelantamientos para el recuerdo, para la mala suerte se cebó con ambos dejando la victoria en manos de Jenson Button, novato en esas lides, seguido de Pedro de la Rosa y Nick Heidfeld. Una carrera demencial plagada de adelantamientos, accidentes, cambios meteorológicos y batallas que siempre quedará grabada en la mente de los aficionados de la Fórmula 1.
Una polémica. 2007
El circuito de Hungría ha sido especialmente prominente en polémicas, pero si una es recordada por encima de las demás esa es la que envolvió al equipo McLaren en la carrera de 2007. Un mar de acusaciones entre Lewis Hamilton, Fernando Alonso y Ron Dennis en el que uno acusaba al otro de bloquearle a propósito en boxes, el otro acusaba a un tercero de darle esa orden y el tercero acusaba al primero de saltarse el pacto de paradas e insultarle por radio. Un guirigay que terminó con Fernando Alonso fuera de la pole que había conseguido el sábado, Lewis Hamilton ganando de paseo la carrera y un fuego abierto dentro del equipo que ya, de ninguna manera, se podría extinguir.
Una gran actuación. Damon Hill en 1997
Aunque algún fan de Alonso se pueda molestar porque hazañas del asturiano como las de 2003, 2006 ó 2014 no salgan en este apartado, lo cierto es que la proeza de Damon Hill en la temporada 1997 también merecía atención. Y es que el británico hizo una carrera memorable con su Arrows Yamaha, un coche de tercera fila y gracias, plagado de deficiencias y que en toda la temporada apenas había conseguido puntuar. Sin embargo en Hungría Hill estaba inspirado, y tras meterse tercero en parrilla consiguió tomar el liderato y abrir hueco ante el asombro de los seguidores. En uno de los finales más crueles de la historia, su coche se averió en la penúltima vuelta, siendo superado por Jacques Villeneuve en la última y teniéndose que conformar con una segunda plaza tan amarga como insospechada antes de la prueba.
Un día para olvidar. Michael Schumacher en 2003
La carrera de Schumacher en 2003 fue un completo suplicio. En plena pelea por el título con Montoya y Raikkonen, el alemán tuvo que armarse de paciencia para salir desde la mitad de la parrilla después de una mala clasificación. Intentó recuperar alargando sus paradas, pero se vio encajonado detrás del Renault de Jarno Trulli, al que jamás pudo superar, y para colmo vio como Fernando Alonso, por entonces un niño que caminaba a por su primera victoria, doblaba a su impotente Ferrari. Montoya se quedaba a un punto, Raikkonen a dos y la conquista del sexto mundial más complicada que nunca.