Cuando la publicación alemana Sport Bild le preguntó a Monisha Kaltenborn cómo estaban yendo las cosas en Sauber, la jefa del equipo apuntó: "No puedo quejarme". Sin embargo, Kaltenborn se ha quejado de la forma en la que se gobierna en la F1 y, junto a Force India, presentó una queja formal a la Comisión Europea. "Debido a que se ha iniciado un proceso, no puedo comentar nada al respecto", indica la de Sauber. Lo que sí confirmó es que la situación en la media parrilla para un equipo independiente como el de Hinwil es "muy complicada".
En este sentido, Kaltenborn comentó que los costes están fuera de control, tanto que llegar al podio como equipo pequeño, a pesar de que los de Hinwil lo han hecho en el pasado, es "tan bueno como imposible". Y es que según ella, los equipos como Sauber se han visto fuera del sistema de realización de normas, en contraste con los rivales más grandes y poderosos. "Eso es cierto. Cuando se diseñaron las reglas sobre los motores no formamos parte de ellos. No tengo nada en contra de la tecnología híbrida, es solo sobre el coste. No es justo que seis equipos, a los que se les llama Grupo de Estrategia, determinen las reglas de forma arbitraria. Eso no tiene nada que ver con una competición justa".
Cuando se le preguntó si podía nombrar cualquier otro deporte que tuviera un sistema injusto de las mismas características, Kaltenborn respondió: "No conozco ninguno, por lo que creo que deberíamos aprender de esos otros deportes. Por ejemplo, en la NBA en los Estados Unidos, el borrador de juego se diseña teniendo en cuenta a los equipos más pequeños. Sucede lo mismo en el fútbol inglés y alemán, donde los equipos punteros obtienen más dinero, pero todos reciben lo suficiente para sobrevivir. La distribución del dinero es mucho más justa que en la F1".
No obstante, en la F1, según Kaltenborn, es muy extraño que se escuche a los equipos pequeños, a pesar de que la jefa de Sauber piense que las escuderías más modestas son la espina dorsal de la F1: "Básicamente, no hacemos nada más que F1, es nuestro negocio principal. Para los fabricantes, al final es solo una plataforma de márketing. Pero, ¿qué pensarían aquellos que apoyan al Bayern de Múnich si, de repente, no hay otros rivales contra los que luchar?"