La FIA cree que se cometieron errores en el reglamento de los motores en F1 cuando se introdujeron los nuevos turbo V6 en 2014. Desde que llegaron las unidades a la parrilla a comienzos de la pasada temporada, se cree que los equipos cliente pagan alrededor de 20 millones de euros. El pasado mes, el equipo Ferrari vetó los planes para reducir ese coste a doce millones de euros, y Mercedes ha indicado que ya pierde una cantidad de dinero sustancial al suministrar motores.
"No se propuso ningún límite, algo que probablemente fue un error. Eso no significa que un techo de costes hubiera sido aceptado, ya que propusimos algunas limitaciones de coste durante seis años y, por desgracia, nunca se aceptó. Por eso siempre estamos viendo cómo podemos implementar medidas que hagan que la F1 sea más asequible", explica Jean Todt, presidente de la federación.
Además, Todt también ha reconocido que la FIA cometió un error al no detallar en el reglamento que los motoristas deben suministrar una cantidad mínima a los equipos si existe la demanda. Según están ahora, las reglas solamente estipulan que los fabricantes pueden prestar sus servicios a un máximo de tres equipos, y es necesaria la autorización de la FIA para aumentar esa cantidad.
Actualmente, Red Bull anda en busca de motor para el año que viene después de que su relación con Renault esté rota. Mientras que las conversaciones con Honda siguen su camino, no hay nada en el reglamento que obligue a los japoneses a aceptar a los de Dietrich Mateschitz. "Se debería incluir en el reglamento, pero no está incluido. Según estipula, no puedes suministrar a más de tres equipos, pero no se detalla un mínimo a los que ofrecer".