A pesar de que el GP de Hungría resultó ser una carrera más bien aburrida en términos de espectáculo, lo cierto es que fue muy útil para analizar los ritmos de carrera de cada equipo. Al ser un circuito en el que primaba más la aerodinámica que la unidad de potencia, era evidente que equipos como McLaren y Toro Rosso se volverían más competitivos frente a Williams, Force India y Haas; los de Woking y Faenza colocaron sus monoplazas en zona de puntos, por delante de todos sus rivales directos, siendo los de McLaren quienes llegaron primero.
El hecho de que, en un circuito a priori favorable para Toro Rosso, no fueran capaces de alcanzar el ritmo de un McLaren, ha sido un punto de inflexión para los de Faenza ya que, de aquí hasta final de temporada, deberían pelear por el 6º puesto en Constructores que ahora mismo ostentan. Carlos Sainz no se ha cortado y admite que en Toro Rosso temen que la rápida evolución de McLaren-Honda les arrebate ese sexto lugar.
"McLaren ha estado definitivamente por delante. Es un poco preocupante sabiendo todo lo que queda de temporada y su ritmo de desarrollo, pero intentaremos compensarlo, intentaremos ir lo más rápido posible y ver si podemos mantenerles detrás. Creo que el de Hungría fue un fin de semana sólido por mi parte, así que podemos ir a Alemania y cerrar la primera parte de la temporada realmente contentos y confiados con la posición en la que estamos a mitad de año. Con suerte llegarán mejoras en Alemania y eso debería hacernos dar un paso adelante en cuanto a rendimiento", explicaba Sainz.