Jenson Button completó la que posiblemente será una de las carreras más sufridas de su trayectoria en F1. El británico sentía que su coche iba muy bien el viernes pero, a partir del sábado, los problemas fueron creciendo hasta llegar a la carrera del domingo, provocando la frustración de Button.
"Necesitamos volver a la fábrica y averiguar qué fallaba en mi monoplaza. El viernes funcionaba bastante bien y me sentía muy cómodo, sobre todo con la parte trasera del coche. Sin embargo, el sábado ya no era así, y el domingo los problemas fueron más exagerados debido a las condiciones meteorológicas", explicaba Jenson.
"Terminar último bajo la lluvia no es algo normal para mí, ya que suelo ser bastante rápido en pista mojada. Definitivamente algo ha tenido que salir mal, porque no creo que me haya olvidado de pilotar en condiciones de lluvia", concluyó el inglés.