En un circuito en que los hombres más experimentados perdieron la cabeza y que no permite ningún error, Hamilton llevó a los mejores pilotos del mundo al desastre. Sus rivales pueden ir cogiendo los botes salvavidas.
La santa Trinidad (Pole, vuelta rápida y bandera cuadros), fue suya en Montreal en otra demostración de talento sin límites. Condujo serenamente a través de una carrera caótica. Comparado con su compañero de equipo Fernando Alonso que fue superado por Takuma Sato, el trabajo de Lewis adquiere una mayor relevancia.
En España, los fans de Alonso ven a Hamilton como un Novato con suerte, que no rivaliza con su héroe. Sin embargo en el paddock, se sabe que Hamilton es más rápido que Alonso.
Alonso no es viejo, pero ha alcanzado ya su límite. Esto se ve en las sesiones de clasificación, en las que Hamilton siempre lleva un coche más pesado. En este campeonato la última palabra será de Ron Dennis y sus estrategias. Por ahora han favorecido a Alonso en cuatro de cinco ocasiones.
Sin embargo Alonso no sabe llevar Bridgestone, y Hamilton cada vez es mejor. Alonso es un chico encantador que quiere alcanzar los éxitos de Juan Manuel Fangio. Ferrari lo parará y, si le dejan, Hamilton también.