Lance Stroll es consciente de que va a enfrentarse a carreras más difíciles que la de Melbourne durante su primera temporada en la F1. El rookie tuvo una pretemporada plagada de errores de pilotaje, algo que continuó en Melbourne cuando se estrelló contra el muro en la FP3, condicionando así su confianza en el coche tanto para la sesión de clasificación como para la carrera.
"Cuando estás al control del coche, tiene mucho agarre, pero cuando el agarre que desaparece, es muy difícil recuperar el control del coche. Los coches de los últimos años eran diferentes y se podía jugar con ellos sin perder el coche", comentó Stroll en declaraciones a UOL.
Por otro lado, el piloto de Williams dice que no está decepcionado por haber sido superado claramente por su compañero de equipo Felipe Massa en Australia: "No esperaba competir con mi compañero de equipo o luchar por el podio. Vine a Melbourne para ver dónde estaba y sentirme más cómodo con el coche. Sé que hay 19 carreras en las que muchas cosas van a funcionar, pero muchas también irán mal".
2017: un año exigente para los novatos
Con el cambio de reglamentación introducido para la temporada 2017, ser 'rookie' es más difícil en la categoría reina del automovilismo, algo que Stroll y otros pilotos con poca experiencia en F1 como Stoffel Vandoorne, Esteban Ocon o Jolyon Palmer pudieron comprobar desde la sesión de clasificación del Gran Premio de Australia 2017, donde sus compañeros de equipos les sacaron una amplia diferencia con el mismo monoplaza. En el caso de Lance Stroll, la diferencia entre él y Massa fue de algo más de 2 segundos en Q1, un 'gap' muy grande que hacía tiempo que no veíamos entre compañeros de equipo.
"Físicamente el coche es una bestia para ser controlada y mentalmente es definitivamente también más intenso. Las velocidad en las curvas son mucho más altas, las zonas de frenado son mucho más pequeñas, las cosas suceden mucho más rápido. Es un gran paso", explicó Stroll en cuanto a la exigencia del FW40