Para algunos es uno de los mejores pilotos de la parrilla de Fórmula 1; para otros es un conductor inmaduro y temerario, pero de lo que no hay ninguna duda es de que Max Verstappen en un competidor nato que lleva el automovilismo en la sangre. El joven holandés ya ha dejado más que demostrado su alto grado de implicación en la pista, y parece que este año volveremos a ver su versión más implacable. En unas declaraciones concedidas a Sport Bild, el número dos de Red Bull ha admitido que aunque el equipo no cuente con la mejor unidad de potencia, será un rival complicado de batir. Además, no ha dudado en asegurar que si portaran un motor Mercedes, serían imparables: "Red Bull no necesita el mejor motor para ser campeón del mundo, ya lo ha demostrado en cuatro ocasiones. Creo que si tuviéramos el motor Mercedes en la trasera, nunca nos volverían a ver en pista", afirma.
Buenas sensaciones
Por otro lado, el asesor de la escudería austriaca, Helmut Marko, ha comentado que el inicio de 2018 está siendo muy gratificante para todo el equipo, ya que las cosas están transcurriendo según lo planeado. Asimismo, muestra una gran confianza de cara a la fiabilidad (aspecto que en 2017 provocó grandes quebraderos de cabeza a Red Bull, más concretamente a Max Verstappen) tras el gran trabajo realizado por los ingenieros durante el periodo invernal.
"Las primeras vueltas en el nuevo monoplaza nos permitirán ver dónde se encuentran exactamente Daniel y Max, pero por ahora estamos listos para afrontar la nueva temporada. Estoy seguro de que seremos competitivos desde la primera prueba y continuaremos con la buena racha que tuvimos en el último tercio del año pasado. Además, el gran trabajo del equipo durante el invierno debería aliviar los problemas de fiabilidad y bajo rendimiento", ha puntualizado.