El largo culebrón de la superlicencia ya toca a su fin. Todos pasarán por el aro, como ya sabíamos. La FIA tenía la sartén por el mango.
Quien no pague no corre, ese era más o menos el mensaje que hizo llegar Max Mosley a la GPDA. Primero algunos pilotos pagaron, o les pagaron la licencia, otros se quejaban, como Webber o Heidfeld, pero al final todos pagarán.