Kimi Raikkonen, que finalizó ayer su pretemporada liderando la segunda jornada de tests en Barcelona, se ha mostrado muy contento y optimista con el nuevo monoplaza, y le quitó importancia a los problemas que le impidieron dar más de 55 vueltas: "No lo sé exactamente, pero creo que se trata de un pequeño problema de refrigeración. Al margen de esto, el coche es realmente bueno".
El finlandés cree que a pesar de que hay muchas novedades esta temporada, la escudería italiana podrá estar muy arriba, aunque habrá que esperar a Australia para confirmarlo: "Con las nuevas reglas, y, especialmente con el KERS, hay obviamente más posibilidades de que las cosas vayan mal".