En una reciente entrevista concedida al Daily Telegraph, el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, Max Mosley, ha mostrado su preocupación por el hecho de que el resultado del Gran Premio de Australia lo decidirán finalmente los comisarios de carrera.
El motivo de la controversia volverán a ser los difusores de Brawn GP, Toyota y Williams, que aprovecharon una laguna legal para sacar beneficio. "El GP terminará con una decisión de los comisarios, los que se vean perjudicados recurrirán y todo terminará en la Corte de Apelación", dijo Mosley.