El actual jefe deportivo del equipo McLaren-Mercedes dijo ayer desde Shanghai, que tras todo el escándalo vivido entre los Grandes Premios de Australia y Melbourne, presentó su renuncia ante sus superiores después de la carrera de Sepang.
El británico sólo llevaba un mes siendo el máximo responsable de la escudería, cuando las mentiras de Dave Ryan y Lewis Hamilton le pusieron contra las cuerdas, bajo todas las miradas del paddock. La presión casi acaba con él, pero finalmente, su dimisión fue rechazada.