Si el otro día os informábamos de que Fernando Alonso acabó el GP de Bahrein totalmente deshidratado y con la espalda completamente quemada por culpa de un problema en la refrigeración de su R29, hoy os tenemos que decir que el actual líder del Mundial sufrió un problema parecido. Y es que las altas temperaturas del desierto no respetan a nadie.
A Jenson Button no le falló el sistema de bebida, pero sí se pusieron incandescentes algunas partes de su habitáculo. Al piloto inglés le pudieron más las ganas de ganar su tercera carrera este año que el dolor que sentía. Según ha dicho él mismo, sufrió una pequeña quemadura en la parte superior de su nalga izquierda.