Después de los buenos resultados obtenidos por Kimi Raikkonen en los últimos Grandes Premios, volvió la mala suerte (propia o ajena a él) en Nurburgring, donde un problema en el sistema hidráulico del Ferrari le apeo de la posibilidad de acabar al menos en el podio cuando iba a la caza y captura de Fernando Alonso.
"Estoy muy decepcionado", dijo Kimi. "Me encontraba en una posición muy buena, justo detrás de Felipe y Alonso. El coche estaba yendo muy rápido y estaba convencido de que podía ganar".
"Pero gradualmente el sistema hidráulico comenzó a fallar, yo comencé a perder tiempo y al final no tuve más remedio que parar". "Este golpe no significa que vaya a tirar la toall, incluso si queda una carrera menos".
"La diferencia con los primeros en la clasificación sigue siendo la misma y en las próximas siete carreras puede suceder cualquier cosa. Tenemos un coche muy competitivo, pero está claro que debemos mejorar nuestra fiabilidad", concluyó el piloto finlandes.